Skip to main content

QUE ES EL KARMA?

By Paul Brunton

 

Publicado por la Fundación Filosófica de Paul Brunton a través de:

Publicaciones Larson.

Los apuntes de Paul Brunton son una rara contribución individual, que en su campo, establecen el estándar para toda una generación. Su claridad, su exhaustividad, su belleza, su completa modernidad con perspectiva ha constituido una nueva marca para libros, promocionando la independencia, el autodescubrimiento espiritual individualizado y el desarrollo.

Se compiló más de 7.000 páginas escritas por Paul Brunton de sus años más maduros, las cuales fueron reservadas para la publicación póstuma, las series de los Apuntes consisten en dieciséis volúmenes independientes pero interrelacionados, cada uno explorando una dimensión única del carácter humano o de su potencial espiritual.

Tomados individualmente, cada volumen es extraordinario; tomados en su totalidad, la series de Apunteses inimitable por su combinación de profundidad, simplicidad, detalle práctico, poder inspirador y sensatez consistente.

Un folleto gratis con más detalles acerca de estas extraordinarias series, y la suscripción con un porcentaje de descuento está disponible al teléfono 800-828-2197

Derechos de autor – 1998 por la Fundación Filosófica de Paul Brunton.

Todos los derechos son reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida, de ninguna forma o por algún medio, electrónico, químico, óptico, fotocopiado, grabado o de otra forma, sin el previo permiso dado por el editor vía escrita.

Número estándar e internacional del libro: 0-943914-87-6

Número de tarjeta del catálogo de la Biblioteca del Congreso: 98-65812

Publicado por la Fundación Filosófica Paul Bunton a través de Publicaciones Larson.

4936 NYS Route 414 Burdett, NY 14818 USA

 

CONTENIDOS

Introducción

  • ¿Qué es el Karma?

  • ¿Cómo funciona el Karma?

    • El Karma y la evolución interior.

    • Aprendiendo a través de la acción.

    • Libertad, predeterminación, destino.

    • Libertad y entorno.

    • El Karma grupal.

    • El Karma y el pre-conocimiento.

    • Duración, ciclos, intensidad.

    • La Responsabilidad individual.

  • El Karma y la Gracia.

    • El milagro de la gracia.

    • El reconocimiento de la gracia.

    • La invocación de la gracia.

  • Trabajando con el Karma.

    • Aplicar su entendimiento.

    • Contra las tendencias perjudiciales.

    • La aceptación, tolerancia y superación.

  • El Karma y la Gran Liberación.

    • Más allá del karma personal.

INTRODUCCION

KARMA”. Una palabra doméstica por ahora. Usualmente hablada dentro de los círculos intelectuales, con un raro humor o escuchada con desdén. Especialmente, por enérgicos auto-realizados, quienes asocian al Karma con pasividad o lo escuchan como una excusa para su dejadez o miedo a la responsabilidad. Algunas veces susurrada dentro de una real o afectada resignación a la “Voluntad de Dios”.

Imagine mi sorpresa al aprender que el karma es de hecho, todo lo relacionado a la auto-comprensión. Acerca de su poder y resultados. Pensar en el karma como un poder externo de mí mismo, es mal entenderlo. Explorar como funciona es expandir su alcance y explorar los límites de la auto-realización.

Estas enseñanzas dicen que cada uno de nosotros tenemos un poder interior y una medida de libertad. Las consecuencias de escoger el uso o no que les demos, producirán un eco a través de nuestras vidas. Ecos que llegan a ser cada vez más complejos a medida que la vida continúa. 

Elecciones similares hechas una y otra vez llegan a convertirse en tendencias. Las tendencias se convierten en hábitos. Los pensamientos, las emociones y las acciones habituales toman el control, el color y la forma de nuestra versión completa del mundo. Podríamos empezar a pensar que del modo que las cosas parecen ser es la manera en que realmente son y así debe ser. Cuando se piensa de esa forma se convierte en un hábito, y podemos beneficiarnos de la comprensión de la ley natural del karma.

Las enseñanzas acerca del karma no son acerca de la tonta auto resignación de uno mismo hacia las cosas como ellas parecen ser. Sino acerca del despertar de nuestro propio poder para ver más claramente, actuar más profunda y efectivamente. Si puedo dominar la fuerza que crea y altera los hábitos, ellos me hablarán, alineándome a mí mismo con la fuerza que crea y transforma el mundo. 

Comprendemos como el karma funciona, no nos dirige hacia el simple egoísmo bien informado, envuelve mucho más que hacerse conocedor de cómo llegar a ser inmune del prejuicio y preservar más los autointereses del ego. Más importante y de manera enfática, no se trata de esconder y ocultar lo poco que tenemos para que las cosas no empeoren.

Entendiendo el karma, nos liberamos de nuestra soledad interior, más allá de los asuntos dolorosos que se pueden evitar y de la auto preservación. No es solamente la autorrealización de cada uno de nosotros en el sentido de que más adelante cosecharemos lo que sembramos. El universo entero, aprende de las enseñanzas del karma, es un sistema de auto comprensión, su continua existencia y actividad depende, al igual que nosotros, de algo infinitamente más grande que Si mismo y sus raíces. El sistema entero gana, pierde o permanece al igual que cada una de sus partes lo hacen o descuidan hacerlo. El karma por último es nuestra garantía de la relevante participación dentro de la vida del todo. Para bien o para mal. 

Las consecuencias son las enseñanzas secundarias del karma, porque cosechamos lo que hacemos, ¿por qué nuestras vidas tienen la forma que tienen? Las enseñanzas son primeramente sobre las causas, el poder y lo que nos inspira para ejercitar una verdadera libertad y cosechar nuestra siembra, y convertirnos a nosotros mismossegún lo que pensemos qué es lo que más necesita el mundo: bondad para la bondad, oportunidad para la oportunidad, o lo que sea que pudiéramos ver más en el mundo. Las lecciones por sus fallas son menos sobre “la venganza es mía dice el señor” que sobre lo que “Tú aprendes y creces a través de tus actos ” por tus propios esfuerzos. 

El barco nunca llegará hacia a ti a menos que envíes uno anteriormente. Para vivir en un mundo mejor, cada uno de nosotros tiene que contribuir para su culminación. Por tanto, estas enseñanzas enfatizan más las acciones voluntarias que los resultados de las mismas. Y antes que esto, los pensamientos y las emociones que moran en nosotros y que dirigen aquellas acciones. 

Paul Brunton (conocido por sus amigos y estudiantes como P.B.) es ampliamente reconocido, en el siglo veinte, como uno de los estudiantes más perceptivos de la antigua sabiduría. Este pequeño libro presenta, de forma concentrada y condensada lo que él aprendió, de una abundante, variada y larga vida acerca del karma: de su investigación personal, de la implacable prueba y error, y de la íntima asociación con sabios y sabias del mundo de tradiciones sagradas. Estas joyas medulares provienen de muchos años de sus escritos, que va desde 1940 hasta poco antes de su muerte en 1981. Ellas presentan de manera concisa la esencia, y muchos de los detalles, de lo que las enseñanzas del karma manifiestan a través de las tradiciones de sabiduría del mundo. 

Él nos describe a través de un ejemplo, la interpretación esotérica del karma: “reconoce que un individuo totalmente aislado es sólo el producto de nuestra imaginación, que la vida de cada persona esta entrelazada con la vida de toda la humanidad a través de círculos cada vez más expansivos a nivel local, nacional, continental y finalmente planetario; que cada pensamiento es influido por la atmósfera mental predominante del mundo; y que cada acción es inconscientemente ejecutada con la cooperación de la sugestión predominante y poderosa de la actividad general de la humanidad. Esto hace que el karma sea el resultante de todaslas mutuas asociaciones y consecuentemente, aparece desde un nivel personal hasta uno colectivo.

Por así decirlo, “yo”, un individuo, comparto el karma generado por todos los otros individuos, mientras que ellos comparten el generado por mí. … Acerca de esta extensa visión del karma, éste nos hace sufrir por la sociedad y alegrar con la sociedad como un todo. De esta forma no podemos divorciar nuestro propio bienestar del bienestar social. Debemos escapar de nuestro aislamiento interior y juntar nuestros intereses con el de Todos los Seres Vivos. … La situación en la cual nos encontramos hoy nos obliga a reconocer esta desafiante verdad dentro de nuestros mutuos intereses”. 

Las enseñanzas del karma son frecuentemente desarrolladas en relación a las enseñanzas de la libertad, la predestinación, la gracia y la reencarnación. En la primavera de 1981, P.B. me dijo personalmente que no es necesario para nadie aceptar la reencarnación con la finalidad de entender el karma, y que de todas formas, lo que la mayoría de las personas dicen acerca de la reencarnación es errado. Sospecho fuertemente que él ha colocado este pequeño libro junto a Si mismo, él hubiera editado la mayoría de las referencias de la reencarnación, para así presentar las enseñanzas del karma en la forma más luminosa posible. Personalmente, no me siento cómodo en modificar sus escritos en ese sentido; por ello tales referencias están tal cual fueron escritas. Pero los lectores deberán tomar en cuenta que P.B. repetidamente enfatizó que el karma normalmente se actualiza tan rápido como sea posible. 

Otro punto importante: las palabras escogidas por P.B. llegan a ser cada vez más y más personales como precisas, así como su comprensión profundizada a través de los años. Él constantemente buscaba mejorar, formas más claras para decir las cosas, formas que quiebren las respuestas convencionales y más fáciles para que los lectores logren sacar más, el significado esencial con menos esfuerzo. Traducciones anteriores denominan a la ley del karma como “ley de las consecuencias”, prontamente, el escogió términos como “ley de la equivalencia creativa”, “ley de la recompensa”, “ley de la auto-responsabilidad”. Finalmente se dio cuenta que el término “ley de” podría ser errado para aquellas personas que asumen que la palabra karma implica una ley que se puede honrar o romper, con opción para obedecer o desobedecer. Es necesario estar atento, que sólo en pocas y obvias excepciones, esta variedad de términos, se refieren al karma y no a algún otro principio o “ley”. 

Similarmente, el uso de la palabra karma, evoluciona a lo largo de sus escritos. Algunas veces habla del karma como un impulso de acciones pasadas, otras veces enfatiza que es más significativo verlo como un poder de los actos presentes e intenciones. Ambos son válidos: Ten cuidado de tomar el significado de las palabras según el contexto en que se encuentran los extractos particulares. 

En una conversación personal con P.B. acerca de la libertad y predeterminación, vale la pena mencionar, que la idea no emerge tan claramente como me gustaría bajo su propio poder dentro de este libro. Esta también aporta con algún valor acerca del karma. 

Él dijo que la gente que se mantiene en el enunciado de la libre voluntad está parcialmente en lo correcto, al igual que aquellos que se mantienen en la predeterminación. Cada uno tiene algo que escuchar del otro lado. Cuando observas esto cuidadosamente, P.B. dijo: la vida está llena de oportunidades altamente estructuradas y ordenadas. Algunas de esas oportunidades son materiales, otras son espirituales. No tenemos control sobre el orden en el cual ellas aparecen o cuándo ellas aparecen; pero son presentadas al alma, que es libre para escoger o rehusar la oportunidad en cada momento. Cada elección tiene sus consecuencias, y la vida nunca presenta la misma oportunidad nuevamente. 

En cualquier momento, estamos viviendo las consecuencias de elecciones hechas anteriormente. En este sentido, nuestras vidas están predeterminadas a corto plazo: las cosas están dándose dinámicamente y generalmente deben moverse en su propio curso.

A un nivel profundo, nuestra versión integral del mundo y el potencial que está dentro del mismo, se presentan filtrados a través de las tendencias que hemos desarrollado y los deseos que hemos fortalecido por nuestras repetidas elecciones.

Pero también somos libres de escoger la dirección de nuestras vidas a través de la manera de responder ante la próxima oportunidad; por lo tanto, a la larga el libre albedrío tiene su día. Ahora que tengo este pensamiento quisiera preguntarle a P.B. que quiso decir con: “a la corta” y “a la larga”. ¿Estaba él pensando en corto tiempo algo como meses o años, o tal vez como el tiempo de vida? Pero ahí voy de nuevo, extraviando el punto principal tan rápido como sea posible.

Un elemento clave de estas enseñanzas es que la mejor manera de alejarnos o acercarnos al principio del karma, no es a través de la oración sino a través del cambio de nuestros pensamientos. Mientras más cambiamos la tendencia general de nuestro pensamiento para mejorar; absolutamente, lo mejor de nuestra vida externa llegará. Las elecciones que hacemos hoy alterarán o confirmarán la dirección final por la que irá nuestra vida. El karma, más allá de impresionarnos, realmente nos garantiza nuestra libertad para determinar mucho de lo que será.

Esto suena bien cuando lo sientes fuertemente, y ¿cuándo no? y ¿cuándo estamos en un agujero profundo del que parece que no podremos salir? ¿Cuándo las cosas están tan mal, y al parecer no hay cómo cambiarlas? ¿Cuándo en el momento de una mala o estúpida acción se crea otra y otra dentro de una serie sin fin y sin esperanza? ¿Cuándo la desesperación te robaría a ti o a tus seres queridos cualquier posibilidad de un nuevo comienzo o igualdad de condiciones?

La noticia es buena: y es acerca de la relación entre el karma y la gracia. Demos una mirada a la nota acerca de Jesús y Buda (pag x), y hojeemos el capítulo tres. Podrías leer esto unas cuantas veces. Parecería ser muy bueno como para creer. Gracias a Dios (literalmente) lo es.

Finalmente, ¿Qué sucede para los pocos cuya libertad les significa algo dentro de un orden totalmente diferente? ¿Aquellos que no se contentan con pensar que la libertad es como una elección entre una mansión o una choza?, ¿el ego está centrado en la felicidad o en el dolor? ¿Y qué para quienes están cansados de cualquier clase de continuidad de la vida dentro de un ego separado; anhelando el estado natural del espíritu: una rica y tranquila serenidad que no se deja intimidar por los dolores, las alegrías, los júbilos, los horrores o los aburrimientos mortales de un día determinado? ¿Qué significa el karma para ellos?

Recuerda la conversación mencionada en la página x: “algunas de las oportunidades son materiales y otras espirituales”. La elección queda y las consecuencias difieren. Aprendemos que la tendencia de identificarnos con nuestros estrechos intereses del ego personal es un hábito reforzado o debilitado a través de la manera de cómo escogemos o rechazamos las alternativas. Los capítulos cuatro y cinco nos dan una idea de lo que es trabajar para escoger las opciones que liberan al espíritu, ejercitando todo el tiempo la impresionante libertad que el karma garantiza, finalmente lo usaremos sabiamente.

PAUL CASH

Editor.

1 ¿QUÉ ES EL KARMA?

Es absurdo tratar la idea del karma como si fuese una extravagante fantasía Oriental. Es simplemente la ley que a cada uno nos hace responsables de nuestras propias acciones y que nos coloca dentro de una posición de haber aceptado los resultados que fluyen de ellas. Podríamos llamarle la ley de auto responsabilidad. El hecho de que esté aliada con la teoría de la reencarnación no la invalida, podemos verla funcionando en nuestra encarnación presente, con bastante frecuencia.

El significado literal de karma es “obrando” y su aplicación es simplemente que el karma de una persona es su propia obra. Lo que somos ahora, lo hemos creado a través de nuestras acciones -el término “karma” dentro de sus referencias originales incluye acciones mentales. El karma es simplemente un poder de la Mente Universal para ejecutar ajustes, para restaurar el equilibrio y para traer un balance compensatorio. Dentro de la esfera de la conducta humana el resultado es que de alguna manera, en algún lugar y en algún momento; cualquier cosa que hagamos será finalmente el reflejo regresando hacia nosotros. Ninguna acción se agota al realizarla, finalmente esta dará frutos que inexorablemente regresarán al hacedor. El karma es una fuerza auto movilizada. Nadie, sea humano o súper humano, tiene que hacerla funcionar.

Esta enseñanza no nos convierte en fatalistas letárgicos y tampoco nos permite inflar nuestro engreído individualismo. Tampoco ofrece ninguna excusa para una miserable debilidad, no refuerza una intensa ilusión. Esta nos inspira con una visión balanceada de nuestras posibilidades, una visión sana de nuestros poderes.

Los materialistas pintan un cuadro terrible del universo, como una inmensa prisión donde nuestro destino, pensamientos y actos están totalmente determinados por nuestro entorno físico. El ignorante, aunque esté rodeado de Sabios Orientales, vive en un mundo encerrado, donde se pasea impotente de un lado a otro -somos prisioneros de la predestinación divina. El karma refuta estas tristes alegaciones y nos asigna suficiente libertad para determinarnos a nosotros mismos y a nuestro ambiente. A través de nuestro propio desarrollo afectamos o enriquecemos nuestro entorno, ayudamos u obstaculizamos a la Naturaleza y lo contrario también es cierto. El karma no dice que debemos estar esperando como mendigos harapientos ante la puerta del destino. Nuestra libre voluntad del pasado es la fuente de nuestro presente destino, así como nuestra presente libre voluntad será la fuente de nuestro destino futuro. Consecuentemente, el hecho más poderoso entre ambos es nuestra propia voluntad. Por lo tanto, no hay espacio ni para el brumoso fatalismo ni para el exceso de confianza. Ninguno de nosotros puede evadir la responsabilidad personal, en cuanto a la modelación de nuestro propio panorama interno y el medio ambiente externo, echando la culpa a algo o alguien más. Cada uno que está luchando con obstáculos debe tomar una copa de vino de inspiración de la mano de Beethoven, maestro de la música. Quien ansiaba escuchar el son de los duendecillos de la música y fue golpeado por la sordera. El, cuya vida fue dedicada completamente a la composición melodiosa para otros, un día llegó a ser incapaz de oír sus propias composiciones. Esto lo desilusionó pero no lo desanimó. Enfrentando sus problemas con un rotundo corazón, declaró: ¡”Lidiaré con el Hado; este nunca me arrastrará hacia abajo!”. Él continuó con su trabajo y entregó aún más grandiosas y mayores cosas al mundo, así que lo que él aprendió en el sufrimiento, lo enseñó en el canto.

El karma es una doble ley, por un lado es general y por el otro es particular. La primera es fundamental y aplicable a todo lo que está dentro del universo, simplemente es la ley de la propia continuidad de toda entidad individual. Ya sea un planeta o un protoplasma, dicha entidad hereda las características de su propia existencia pasada y así ajusta el efecto a la causa. La segunda, es inmediata, y aplica sólo a los individuos que han alcanzado autoconciencia, y así limita el inicio de su operación hacia las entidades humanas. Esta le hace al individuo responsable de sus pensamientos y acciones nacidos de sus pensamientos.

El universo no podría existir como tal, sino tendría un tipo de equilibrio que lo mantiene junto. Tal balance dispuesto como el giro de la tierra en su propio eje y el de los planetas alrededor del sol. Un pequeño pensamiento mostrará el mismo principio en la simple relación de los seres humanos con la Mente Mundo (Dios) y entre ellos mismos. Aquí es cuando aparece el karma.

Sería un error separar el karma del poder universal y tratarlo como un poder independiente. Este error explica la dificultad para entender su rol cuando produce la manifestación del cosmos. Considera el karma como un aspecto que es inseparable de Dios, o como una de las maneras como la presencia de Dios se manifiesta a Si mismo.

El origen real del karma no es entendido Si es considerado como un poder externo al yo, dictando despiadadamente sus decretos para nuestra indefensa sumisión. Por el contrario, por la virtud de que el mundo entero es mental, este es un poder que está funcionando en todo y en todos. Este produce la clara implicación de que lo que nos sucede es por la voluntad secreta de nuestro ser más íntimo. Desde este punto de vista los sufrimientos que podemos soportar no son males al final, sino únicamente una sensación inmediata que parecería ser una fuerza ciega y externa e implacable; siendo realmente una conciencia interna y purificadora.

El correcto significado de la palabra “karma” es acción voluntaria a través del cuerpo, del habla y de la mente. No incluye los resultados de esta acción, especialmente, aquellos que producen o influyen en una reencarnación. Tal inclusión viene dentro de los conceptos populares, pero muestra una pérdida del uso del término. Karma es la causa encaminada a través de la voluntad, absolutamente no es el efecto. La frase “Ley de la Recompensa” por lo tanto, no es satisfactoria y una mejor frase es necesaria.

La ley de la recompensa mejor se podría llamar como la ley de la reflexión. Porque cada acto es reflejado de vuelta hacia su creador. Cada pensamiento es reflejado como un retorno hacia su fuente, como si lo hiciera a través de un enorme espejo. Tal vez la idea de recompensa también tiene una implicación moral y demasiado limitada como para ser el equivalente correcto del significado de la palabra “karma”.

La ley de las consecuencias no es ante todo una ley ética: es más apropiado decir que tiene un aspecto ético.

Es incorrecto y no científico hablar de una “ley” del karma. Karma no es una ley para obedecer o desobedecer, no es un código penal para los hacedores equivocados. Simplemente es el principio de la inevitable consecuencia.

El karma, dentro de la esfera de la conducta humana, no es ni más ni menos que el carácter. Realmente tenemos mayor libre albedrío del que necesitamos. Si no aprovechamos nosotros mismos las oportunidades ofrecidas es porque somos demasiado ciegos para reconocerlas, la falla reposa en nosotros. Si nos embarcamos en una acción que es inicial y superficialmente provechosa, pero al final, profundamente hostil para nuestros propios intereses; como consecuencia, vendrá en su cola una fila de acciones adicionales que serán indeseables; no debemos llorar por la crueldad del karma sino por la falta de inteligencia. Aquellos que practican autocompasión como un hábito pueden encontrar un conveniente chivo expiatorio dentro del karma, pero la verdad es que los estándares éticos y las cualidades mentales de la humanidad son factores ocultos que predeterminan el destino. El karma no es una idea que necesariamente aburre a nuestras mentes o paraliza nuestras manos. Este tiene un valor positivo y una influencia regeneradora a través del despertar de un sentido de responsabilidad ética, tanto de las naciones como de los individuos, induciendo así a la sanación voluntaria de heridas causadas por nuestros errores del pasado.

La ética de los siglos anteriores fue formada alrededor de miedos infundados de una probable existencia de Dios; la ética del presente es fundada sobre una completa indiferencia a la existencia de Dios. La primera, dirige alguna restricción de la conducta, y la segunda lidera a nada. La ética del futuro será fundada sobre una comprensión racional del poder del karma, la ley de la responsabilidad personal; y liderará hacia la restricción correcta de la conducta. Para cuando contemplemos las limitaciones del entorno de la vida, los placeres no buscados y las dificultades ineludibles, vendrá tranquilamente una percepción del poder del karma.

Dentro del karma encontramos la pieza de muchos rompecabezas de la historia contemporánea. Esta es una doctrina que nos advierte lo que hemos preparado, el capullo de nuestro presente, proveniente de acciones derivadas de vidas pasadas y de la presente encarnación. Ahora, la doctrina es tan aplicable hacia toda la historia de la gente, como a su historia individual y única. Este corolario consiste en: que nuestras características y mentes son como dolores de parto a través de las edades; algunas son antiguas como la rica experiencia de un viejo anciano pero la mayoría son jóvenes, imprudentes, no gobernadas. Su lección es que, las cambiantes mareas del destino ya sea bajo el hado público o la privada fortuna, no son insignificantes. Por el contrario, ellas nos invitan a nuestra consideración filosófica de cómo podemos entender y de cómo los deberes descuidados o lo mal hecho con buena intención; son la raíz oculta de nuestros problemas. Aquellos que entienden el principio del karma correctamente, que no lo malinterpretan como que fuese un destino exterior e independiente sino que lo ven como una fuerza que originalmente fue puesta en movimiento a través de nuestras acciones; comprenden también el papel importante que el sufrimiento ejecuta en la vida. Es más educativo que castigador. La pena merecida es realmente una cruda forma de educación. Gente pensativa aprende lecciones de sus Dolores y resuelve no volver a cometer el mismo pecado o error por una segunda ocasión.

El karma al ser hecho a través de la voluntad humana, es sujeto a la modificación humana. El Hado, al ser decretado a través del poder superior, no es posible. El hecho general de la muerte es un ejemplo del hado, y en este sentido, encontramos en la línea del poeta James Shirley: “no hay armadura contra el Hado”, es verdad. Pero el hecho particular de la muerte, su tiempo y su manera, pueden ser alterables.

Si fuese cierto que el curso de la vida está predeterminado, no significa necesariamente que está arbitrariamente predeterminado. No, las buenas y malas cualidades de su carácter, el desarrollo o la ausencia del progreso de sus capacidades, y las decisiones tomadas a la ligera o a través de la razón; son los determinantes reales de tu vida. Hay una ecuación inevitable entre la conducta y tu consecuencia, entre el pensamiento y el entorno, entre el carácter y el destino. Y esto es el karma, la ley de la equivalencia creativa.

Los procesos de imaginar son eternos e incesantes. Es inherente dentro de la mente, que una idea debe dar origen a otra, porque es una característica dinámica de la mente en Si misma. El karma es la ley que enlaza ambos, la mente y la imaginación.

El karma tiene una doble característica. La primera es: que la agudeza humana no puede cambiar ni negociar lo que ya está establecido, y la segunda es: que podemos cambiar el mal karma por medio de los pensamientos y las acciones contrarias a las causas que lo crearon, o a través del arrepentimiento y la oración. El mal karma no puede ser extinguido sin arrepentimiento moral; sin embargo, puede ser modificado a través de la astucia.

Hay un hecho importante e indudable entre el significado original del karma y lo que ha sido asignado a través del flujo del tiempo… Porque, mientras que la equivalencia del karma para la gente ha implicado que sus vidas están predestinadas y modeladas, desde la concepción antes del nacimiento hasta la cremación luego de la muerte; su significado original fue simplemente que uno no puede escapar de las consecuencias de sus pensamientos y actos habituales. Esto quiere decir que el éxito o el fracaso en la vida, descansan en gran parte sobre nuestras propias manos, que su satisfacción o dolor están inevitablemente sobre los talones de la virtud o del error al obrar.

La capacidad o codicia, la oportunidad o legado, que hacen que alguien posea riquezas, son el producto del karma individual.

El presente viene del pasado y el futuro está siendo construido en el presente. Los tres están entrelazados…ésta es una de las ideas más antiguas que se encuentra en la cultura humana; la idea de que la vida humana está sujeta a un poder superior siendo cada uno de nosotros, personalmente, responsables ante una ley superior por nuestras acciones, sin poder escapar de sus retribuciones, ya sean errores cometidos o reconocimientos por justicia. Los estoicos de la antigua Roma tenían esta idea y la llamaban Hado. Los Platónicos de la antigua Grecia la llamaron Destino. Y los indios, la mayoría budistas e hindúes, la tuvieron y la mantienen llamándole Karma.

Cuando la revelación de la Idea- Mundo se manifestó a las religiones místicas, solamente pudieron llamarla “Voluntad de Dios”, y los griegos la llamaron “Necesidad”. Los indios la llamaron “Karma”. Cuando sus ecos fueron escuchados por pensadores científicos, la llamaron “leyes de la naturaleza”.

Quien tiene ojos para ver puede observar que el universo revela que está siendo mantenido dentro de un orden inteligente e inteligible. No se creó el mundo en algún momento, sólo por un capricho arbitrario. Desde su creación no ha regido un ciego desorden. Hay un verdadero significado, hay una ley estricta, hay una coherencia genuina, hay un movimiento desde la piedra hasta la flor, desde la bestia hasta el humano; a través de los más y más altos niveles de integración dentro de la existencia universal. Cuando esto es entendido, se comprende que el karma no es meramente una ley de huellas inherentes o de auto-reproducción o de justicia moral retributiva sino algo mucho más extenso. Esta es una ley eterna que tiende a ajustar la operación individual hacia la operación universal. Que trabaja para el universo como un todo que mantiene sus innumerables unidades en armonía con su propio balance integral. La retribución cae únicamente dentro de esta actividad como un pequeño círculo concéntrico inserto en uno más extenso. Los resultados de cada existencia individual, la herencia del pensamiento y la acción de cada persona, tiene que ser controlada; por lo tanto, ellos deben obedecer a la regularidad más extensa del cosmos en si mismo. Cada parte está unida al todo. Todo por consiguiente tiende a la justicia absoluta. De hecho, es reconfortante percibir que el universo tiene como su núcleo secreto tan significante equilibrio.

La interpretación esotérica del karma reconoce que el total aislamiento individual es únicamente una quimera de nuestra imaginación, ya que cada vida individual está entrelazada con toda la vida de la humanidad; a través de la expansión permanente de los círculos locales, nacionales, continentales y finalmente con la extensión planetaria; que cada pensamiento es influido por las palabras de la atmósfera mental predominante; y que cada acción está inconscientemente consumada por la cooperación de la sugestión predominante y poderosa que es generada por la actividad general de la humanidad. Las consecuencias de lo que cada uno de nosotros pensamos y hacemos corren como un afluente dentro del largo río de la sociedad y allí se mezcla con aguas de otras innumerables fuentes. Esto hace que el karma sea el resultante de todas estas mutuas asociaciones y consecuentemente, se eleva del nivel personal al colectivo. Es decir, “yo” un individuo, participo dentro del karma generado por todo el resto de individuos, mientras que ellos participan dentro del mío. Sin embargo, hay una diferencia entre las dos aportaciones en que “yo” recibo un aporte más extenso de los resultados de mi actividad personal del pasado, siendo el aporte más pequeño, los resultados del resto de la actividad humana.

De ahí que nuestra insinuación es que no todos los sufrimientos son merecidos pero la buena fortuna compensatoria viene de acuerdo a lo que estamos ejecutado. Si, debido a la interdependencia de la humanidad tenemos que sufrir lo que no hemos merecido personalmente, es igualmente verdadero que debido a la misma interdependencia somos capaces de recibir beneficios no ganados a través del buen karma general. Por lo tanto, esta operación colectiva del karma es como una espada de dos filos que corta por los dos lados: el uno doloroso y el otro agradable. La visión esotérica ofrece un nuevo acercamiento al punto de vista popular de la doctrina, el que ha sido generalmente guardado en el fondo, únicamente porque la gente está más interesada en su propio bienestar que en el bienestar común de toda la humanidad…

Vivimos en comunidad con otros, pecamos en comunidad y debemos ser redimidos en comunidad. Esta es la última palabra; la consternación tal vez para aquellos que se han adelantado a su prójimo pero alentador para aquellos que se han quedado atrás. Considerando esta visión más extensa, el karma nos hace sufrir y alegrar, para la sociedad y con la sociedad como un todo. Por lo antes dicho, no se puede divorciar el propio bienestar del de la sociedad. Debemos escapar de nuestro aislamiento interior y juntar nuestros intereses al de Toda la Vida. No es necesario el antagonismo entre clases, naciones y razas, no necesitamos de odios y luchas entre los diferentes grupos, sean extensos o pequeños. Todos por último son inter-dependientes. Su separación es como un gran engaño de la separación de individuos, pero sólo la filosofía y la historia prueban esta verdad. La situación de hoy, en la cual todos nos encontramos, nos obliga a reconocer esta verdad, desafiando nuestros mutuos intereses.

2 ¿CÓMO FUNCIONA EL KARMA?

No hay un ser externo y sobrenatural que arbitrariamente administra o controla las recompensas y los castigos kármicos. Nosotros mismos, inconscientemente producimos sus semillas; y cuando la hora favorable llega, estas germinan y cosechamos sus frutos.

No es que algún ángel misterioso o Deva o dios intervengan personalmente y manipulen el karma, como una marioneta tirando de los hilos de las suspendidas figuras, sino que el karma es parte del equilibrio del universo, llevando y retornando, registrando una presión, permitiendo a cada reacción venir en relación y a través de su propio impulso.

El trabajo del karma traza efectos complicados a causas complicadas.

Si al final -y algunas veces es mejor antes- el karma te alcanza, no todo es doloroso; el plazo no necesitas llenarlo de presentimientos. Lo bueno que has pensado y hecho, también trae un buen retorno.

Ninguna existencia humana está sin problemas en algún momento o sin fricciones en otro. Los primeros surgen del elemento del destino que rodea a la libertad humana, y las segundas del egoísmo que rodea a las relaciones humanas.

A través de la ignorancia del funcionamiento del karma y sus efectos, el ego provoca muchas de sus propias oposiciones y muchos de sus propios problemas.

Invitamos a nuestro futuro por medio de nuestras aspiraciones. Y obtenemos las consecuencias de nuestro pensamiento, sentimiento y obra. La naturaleza no tiene favoritismos sino que nos da lo que merecemos.

De hecho, el karma está atado de acuerdo al obrar de la persona; también es construido por lo que piensa sostenidamente o por lo que siente fuertemente.

Cuando al final eres llamado por las cuentas del karma, serás juzgado no por los certificados de carácter que otros te otorgaron, sean buenos o malos, sino por los motivos que sentiste en tu corazón, las actitudes mantenidas en tu mente y las acciones hechas a través de tus manos.

La ley de la compensación nomide sus premios y castigos acorde a la pequeña escala de las pequeñas mentes humanas.

El mayor uso de las facultades de razonamiento no siempre puede proporcionar cada elemento en una situación. Hay algunos que pueden ser capturados sólo a través de la intuición, el elemento kármico, por ejemplo. Esto explica el cálculo erróneo de personas que poseen una racionalidad superior desarrollada pero que carecen de la contraparte de la intuición.

Eventos y ambientes por una parte, son atraídos hacia ti según lo que eres y lo que haces (el karma individual), y por otra parte acorde a lo que necesitas y buscas (la evolución), y adicionalmente por lo que según la sociedad, la raza o la nación de la cual eres miembro, hace, necesita y busca (karma colectivo).

Hay una penalidad espiritual que pagar por cada mal comportamiento intelectual y por cada mala conducta moral, sea que haya o no un castigo mundano. Para el uno hay un fracaso para conocer la verdad; y para la otra está el fracaso para encontrar la felicidad.

El karma se expresa a sí mismo a través de eventos que pueden parecer accidentes. Pero eso es sólo la superficie.

Las cosas actúan según su naturaleza. La Idea-Mundo registra aquellas acciones de una forma secreta y vuelve a reflejarlas con sus apropiados resultados. Y aplica tanto con las cosas como con las personas. Cada uno de nosotros entonamos una nota en el universo y el universo nos responde con el mismo tono.

El karma te da lo que principalmente has hecho, él no te da lo que tú prefieres; pero es muy posible que en algún momento, los dos factores coincidan. Si eres, parcialmente, el autor de tus propios problemas; también estás trazando a través de tu poder mental la buena fortuna.

Si tu destino -el fragmento del hado que te fue entregado- desea que cumplas con una cierta tarea, una misión particular; a pesar de que te pierdas en un retiro aislado, te proveerá de una compulsión interior que a una hora fijada, saldrás de tu retiro y volverás a la arena pública nuevamente. Así la tarea esté distante de tu deseo y oculta de tu mente consciente durante todos los años anteriores, tendrás que obedecer esta inesperada fuerza interior. Esta es una oferta abrumadora pero la voz de tu destino se está haciendo oír de este modo. Si, paradójicamente, uno acarrea su hado dentro de uno mismo. El karma no necesita ningún abogado para defender su causa.

Las fuerzas de tu propia encarnación pasada vienen y te empujan hacia ciertas decisiones, acciones y actitudes.

La teoría de Ouspensky acerca de la eterna recurrencia es a la vez falsa y verdadera. Nosotros repetimos nuestras acciones y nuestras propias circunstancias, pero siempre a un nivel distinto. Es un espiral y no un círculo. Una situación o un período de la vida que corresponde a uno previo, pero no es idéntico al anterior. El futuro es análogo al pasado, pero no es su duplicado. El espiral no te lleva idéntica y nuevamente a un mismo trabajo, a un mismo yo. Te lleva a lo que corresponde, pero sobre un nivel diferente.

Nuestras miserias externas son símbolos y síntomas de nuestras fallas internas. Cada sufrimiento auto-creado y maldad auto-aceptada, es posible evitar. Nonecesariamente dependería enteramente de ti, pero hasta qué punto los acontecimientos pueden hacerte daño si depende en gran parte de ti mismo. Si tienes la fortaleza para aplastar tu egoísmo en un solo golpe, y la visión de penetrar en la pantalla de largas series de causas y efectos, podrías descubrir que la mitad de tus problemas externos se derivan de faltas y debilidades internas del carácter. Cada vez que manifiestas los atributos inferiores de tu carácter interno, los invitas a que se reflejen en eventos externos. Tu ira, tu envidia y tu resentimiento, Si son lo suficientemente fuertes y sostenidos serán seguidos más adelante por problemas, enemigos, fricciones, pérdidas y desacuerdos.

No hay números de casa que sean de buena o mala suerte. Si has tenido una serie de desgracias dentro de una casa, no es culpa del número sino de tu karma. Tu mal karma cayó durante aquel plazo y ha madurado en tristes experiencias. Aunque hubieras ocupado una casa totalmente diferente con números completamente distintos. Ahora el karma surge aparte de aquella característica para mejorar, y hasta cierto punto, finalmente tu karma ha cambiado. Luego, al regresar a la casa que alguna vez te trajo tristeza. Encontrarás que esta vez ya no sucede eso. Los así llamados números de mala suerte no te lastimarán.

Todas las tendencias kármicas no están presentes al mismo tiempo en la conciencia, algunas tienen que pasar de la condición potencial a la condición dinámica.

La gente debe estar prevenida de que causa y efecto rigen tanto en la realidad moral como en la realidad científica. Deben ser entrenados desde la niñez para incluir este principio dentro de sus cálculos. Se les debe hacer sentir responsables por colocar las causas en acciones ya que pueden invitar al sufrimiento o atraer los problemas que conducen a la frustración.

Hay un balance inevitable entre nuestros principales pensamientos y las acciones de nuestras principales experiencias de la vida. Dicho balance se muestra a Si mismo donde es menos esperado, en la esfera moral. Nuestro mal andar produce pesares, no solamente a otros sino principalmente a nosotros mismos. Nuestra buena acción produce un rebote de buena fortuna. No escapemos de la operación de esta sutil ley de la responsabilidad moral. La causalidad es la parte superior de la rueda cuya base es la consecuencia. Esto es simplemente verdad, tanto en lo colectivo como en lo individual. Cuando por ejemplo, una nación llega a creer que la concepción de lo correcto y erróneo es falsa, se enrumba a Si misma hacia abajo, la destrucción. Hemos visto en nuestro tiempo, el caso de la nación alemana. La ley moral no es un producto de la imaginación humana. Esta es una realidad divinamente establecida.

La falacia moral que conduce a la gente a pensar que puede construir su propia felicidad a costa de la miseria de otras personas puede ser destrozada solamente a través del conocimiento de la verdad del karma.

El pensamiento tiende a ser creativo y tarde o temprano este produce frutos kármicos en tu ambiente general. Esto es cierto también en tu vida moral. No siempre es necesario que tus pensamientos se traduzcan en acciones, antes de que se hayan convertido en pensamientos kármicamente efectivos. Si los pensamientos tienen bastante intensidad y ellos son prolongados por un período suficiente, finalmente traerán los resultados correspondientes, aún dentro de las circunstancias externas. Esto puede ser aclarado a través de un ejemplo real. Si persistentemente deseas la muerte de una persona, pero por miedo a las consecuencias careces del coraje para matarla, después y algún día, tus pensamientos asesinos reaccionarán sobre ti de una forma equilibrada. Podrías sufrir una muerte violenta o ser víctima de un accidente fatal o sufrir alguna enfermedad que es tan corrosiva para tu cuerpo como el odio para tu carácter. Por lo tanto, aunque no eres culpable de cometer asesinato, eres sometido a un castigo físico por el pensamiento asesino.

Por similares razones, los hábitos enfermos del pensamiento pueden manifestarse a sí mismos como condiciones enfermas de la carne. Los médicos pueden ver correctamente la causa física de tal condición, pero no pueden ver la causa mental y fundamental; la cual puede ser ira excesiva, odio malsano, miedo abrumador, lujuria desordenada o despecho habitual. Claro que, no debemos saltar a la conclusión ilógica de que cada persona que sufre de una enfermedad, ha estado pensando negativamente en el pasado o el presente. El cuerpo tiene sus propias leyes higiénicas que no pueden ser transgredidas con impunidad, por lo tanto, la mayoría de transgresiones ocurren usualmente por la pura ignorancia.

Todo esto es posible porque la base de la existencia es mental. El factor creativo dentro del proceso kármico es la mente en sí misma. Consecuentemente, un cambio mental es necesario si está operando en contra de nosotros, para ser alterado de manera radical y favorable.

¿Qué persona rica, qué familia que es envidiada existe sin un esqueleto del sufrimiento o infortunio dentro de su armario? ¿Quién no conoce de algunos que tienen dos o tres esqueletos? Tú puedes haber encontrado, como tantos otros lo han hecho en estos días oscuros, que la vida contiene misteriosas y potentes influencias kármicas que llegan como manos malagüeras para romper las cosas en las que has puesto tu corazón; que te permiten alcanzar el éxito que luego se destruye frente a tus ojos; que hace estragos sobre la salud y tal vez sobre las vidas de aquellos que son cercanos y queridos por ti. Tu corazón tal vez ha sangrado en silencio.

Nosotros creamos nuestras propias cargas del sufrimiento latente cuando nuestras acciones hieren a otros, y hemos dado nacimiento a las amargas y finales consecuencias que nacieron de los pensamientos de odio. Las fuerzas de la lujuria, la codicia y la ira; son fuerzas cegadoras que descontroladas, soltadas y no guiadas conducen a la humanidad a muchos problemas y miserias kármicas.

Un fuego puede ser utilizado para asar la comida o para asar a alguien en su estaca. El fuego en si mismo no es malo, sino el uso o el abuso de este es que lo convierte en bueno o malo; y esto en su momento depende de los impulsos que están actuando dentro del corazón de la persona, de las tendencias que ha traído de las vidas pasadas. Así, los poderes malignos están después de nuestros malos pensamientos. El mundo será liberado del mal tan pronto como la gente se libere de su mente. La mente es el agente a través del cual el trabajo del karma es realizado. No hay necesidad de llamar a un ser sobrenatural y extra-cósmico para explicar cómo se retribuyen los hechos.

La ley de la recompensa no es la única ley que nos incita al pensamiento correcto, al sentimiento correcto y la conducta correcta. Sobre un plano más elevado, está el Yo Superior. Si no hubiera recompensas para la bondad y castigos para la malicia, ya sea aquí sobre la tierra o en algún lugar dentro del mundo de la muerte; aún sería parte de nuestra felicidad superior el expresar, por medio del Yo Superior, la compasión que es nuestro más puro atributo.

Tus propias acciones a la vez, conducirán las acciones de alguien más.

Los instrumentos humanos sonusados para causar sufrimiento a otros humanos y realmentecausan daño por libre voluntad a través de su crueldad. Los dos enunciados son correctos. Estos son complementarios, no contradictorios como podríamos pensar. El destino, busca de manera natural, una persona cruel que quiera hacer daño, o un tonto al que se le puede tomar la rienda emocional por un tiempo, o a un impulsivo que puede actuar en un momento y que se arrepentirá por años. El destino no perderá el tiempo buscando gente ultra sabia y buena cuando lo que quiere es hacer daño.

Una vida que no está dirigida hacia un objetivo superior y una mente que está totalmente desinteresada en llegar a ser un participante dentro de la conciencia del Yo Superior -son las fallas por las que las personas son silenciosamente censuradas, durante la posesión corporal y su existencia después de la muerte.

Los pecados de omisión son tan importantes, kármicamente, como los pecados de comisión. Lo que debimos hacer y no lo hicimos cuenta también para el fabricante del karma.

Incluso la inacción deliberada no se escapa de la fabricación de una consecuencia kármica. Esta contiene una decisión oculta de no actuar y por lo tanto es una forma de acción.

El intento de evadir el karma puede ser en Si mismo parte del karma.

El estudio de la recompensa (karma) revela a la gente no sólo lo que tiene que pagar por lo que ha hecho erróneamente sino también por lo que ha fallado al actuar. Tal negligencia se debe en gran parte a su perspectiva intensamente personal, hace que calculen el carácter de los eventos, primeramente, a través de la forma en la cual ellos afecten su propia existencia y sólo, secundariamente, la manera en que ellos afecten a la gran familia humana a la que pertenecen. Todos nosotros somos trabajadores en una labor común. Esta es la inevitable conclusión que se comparte tan pronto como la verdad de la humanidad sea entendida, como una unidad orgánica.

La angustia del mundo se debe principalmente al karma, paraayudaractivamente desde el lado correcto, en esta era interdependiente hay un deber claro. Pero, necesitamos una más amplia interpretación de la palabra “karma”. Muchos de nosotros podemos ser buenos e inocentes pero tenemos que sufrir con todos los demás, no por lo que hemos hecho sino porque hemos dejado de hacer. Hoy en día, el dolor no omite a nadie. Porque la humanidad es completamente interdependiente. Es la lección que debemos aprender; dejamos que otros permanezcan en desgracia o ignorancia a nuestro propio riesgo. Nosotros somos uno.

Las improntas kármicas colectivas surgen dentro de la Mente-Mundo por si solas. Esto es porque nunca ha habido un momento donde dejen de existir, porque aunque sus formas cambian, son tan eternas como la Mente-Mundo. Ciertamente, son parte de la naturaleza de la Mente-Mundo. Por lo tanto, constituyen un sistema que se auto activa. Ya que no podemos definir ni el principio ni el final de la Mente-Mundo, entonces debemos abstenernos del intento ilógico de querer fijar el principio o un final del universo. La Mente-Mundo no ha creadoel mundo sólo le ha cedido su terreno para existir, es el receptáculo fundamental de las acciones mutuas como fuerzas kármicas potenciales, la materia de su manifestación general, de sus actividades, que siempre están en movimiento y surgen continuamente por su propia cuenta. Pero no debemos caer en el error de pensar que esta versión reduzca al universo como si fuese una simple máquina. El receptáculo fundamental así como toda la materia son mentales, el mundo también es una actividad mental y no un movimiento mecánico dentro de la materia.

El misterioso trabajo del karma, esta fuerza que moldea las condiciones de cada centro del ser, desde el protoplasma de la célula hasta el vasto cosmos, debe ser descubierto más adelante. Si el mundo sólo fuera una colección de objetos materiales, el karma nunca podría venir a ejecutarse. Pero porque es, como la exhibición del mentalismo, una colección de pensamientos formados y porque hay una Mente Mundo como una causa unitaria, conectando todas esas formaciones; la posibilidad del karma como una fuerza operativa existe. El karma sería insensato Si no hubiese una especie de orden continuo entre el pasado, presente y futuro de todas las cosas y criaturas que componen la existencia universal. Pero esto implica que la naturaleza debe guardar y conservar algún tipo de memoria en sus rincones secretos.

Si cada individuo preserva un registro de su propia historia, ¿Por qué podría parecer fantástico que la Mente-Mundo preserve un registro de la suya? Y ya que su existencia es inseparable del cosmos manifestado, preserva un registro completo y propio de toda la historia del universo también. Ningún pensamiento, ningún evento, ningún objeto, ninguna escena, ninguna forma ha sido perdida por completo. Lo que significa que las memorias de las esferas, estrellas, nebulosas que están completamente remotas en el espacio y el tiempo están aún conservadas. Pero la imaginación humana debe tambalear ante las consecuencias infinitas de esta verdad, su limitación finita se doblega a la propia actividad de la Mente-Mundo. Y porque la memoria no es un objeto que los sentidos pueden agarrar, por lo contrario, es completamente inmaterial; ésta a su vez involucra la existencia de algo mental. Un principio mental que debe ser cósmico dentro de la extensión espacial y permanente en su abrazo del tiempo; no puede ser otra cosa que la Mente-Mundo en si misma. Así, el fundamento de todo trabajo kármico se remonta a la Mente-Mundo. El aumento, la duración y la disolución del karma es también una función gemela a la de su facultad para formar ideas.

Una y la misma luz se refracta dentro de millones de fotografías, cada una diferente de la otra. Una y la misma Mente-Mundo se refracta a si misma dentro de un millón de personas, cada una diferente de la otra. Y al igual que los objetos en el universo que vienen a la existencia a través del poder del karma, así también los individuos. Las nuevas criaturas emergen dentro de la existencia universal, muchas de estas como cosas nuevas; esto es, a través de una actualización de una serie de viejas improntas kármicas que son en si mismas todavía el resultado de una existencia previa. El individuo y el mundo aparecen juntos en el mismo momento arrastrados desde el pasado que los une. Los karmas del individuo son asociados con los de la existencia universal y no aparecen separados o subsecuentemente. El uno empieza en su actividad de manera sincronizada con la agitación del otro. Cuando la energía de la Mente Mundo se manifiesta a si misma, tiene dos tipos de características, y tanto la universal como la individual han nacido en el mismo momento. Ni el universo y tampoco el individuo se han manifestado primero, sino ambos conjuntamente. Para ponerlo de otra manera, así como las olas del karma fluyen a través del lago de la Mente-Mundo, así ellas se mueven a través del universo y del individuo en el mismo instante y, operativamente, de la misma manera.

El karma, siendo la memoria cinética de la Naturaleza, está necesariamente acoplado con el poder imaginativo de Ella.

Tan simple como un árbol de roble macizo, que una vez tuvo una existencia invisible e intangible en la bellota, o la suave fragancia de una flor blanca en la que una vez hubo una desapercibida existencia en su pequeña semilla; así, la tierra, las estrellas y el sol que vemos alrededor de nosotros hoy, una vez tuvieron una inexistencia material dentro de una forma germinal que su propio karma ha almacenado dentro de la memoria de la Mente-Mundo. Cada cuerpo estelar en el firmamento con sus características particularmente distintas y cada criatura que habita en él con sus propios deseos, tendencias y capacidades fueron memorizados por las maravillosas facultades de la Mente-Mundo. Con lo antes indicado, se verá que la memoria ejecutó una poderosa parte en la creación del mundo del cual somos conscientes.

Es a través de estos procesos kármicos mutuamente actuantes que el universo llega a ser posible. La Mente-Mundo saca a la luz estas imágenes generales del mundo, no por un mandato arbitrario sino por la continuidad natural de estos procesos como consecuencias de todos aquellos que previamente existieron. Las imágenes son una continuación de todas las imágenes-mundo recordadas que han aparecido antes, pero modificadas y desarrolladas a través de su mutuo intercambio y evolución, y no por un caprichoso decreto de un Dios humanizado. La Mente-Mundo crea el universo pensándolo constructivamente. Y no es pensado arbitrariamente. Los pensamientos surgen por propia iniciativa bajo la escrita ley del karma y evolución. Esto debe ser enfatizado: el universo constituye un sistema auto-accionado, sin embargo, debe ser igualmente entendido, que el sistema en si depende de la Mente-Mundo para su propia existencia y actividad continuada. Todas las fuerzas kármicas y las “formas-pensamientos” continúan con sus actividades mutuas, entrelazadas, interactúan y evolucionan según su propia naturaleza, en la presencia de la luz del sol. Pero es a esta misma presencia que le deben su propia sustancia y existencia.

El karma y la evolución interior.

Mientras que el karma está cumpliendo su propio propósito no puede evitar realizar un propósito mayor; nos trae lo que es esencial para nuestro desarrollo.

Hay situaciones que nos suceden que no son necesariamente kármicas en el sentido de que las hayamos ganado. Pueden también tener una fuente que no es kármica. Ninguna acción física de nuestra parte la atrajo, pero ellas son lo que necesitamos en este punto para el carácter o la habilidad, el desarrollo o la corrección. Las dos clases son predestinadas. En este sentido son voluntad de Dios.

La libre voluntad del ser humano tiene límites. Al final debe cumplir con los propósitos evolutivos de la Idea-Mundo. Si, por un cierto tiempo, falla para hacerlo voluntariamente, estos propósitos invocarán las fuerzas del sufrimiento y le forzará a la entidad humana para ajustarse.

Hay momentos en que tu ego ha sido aplastado para tu evolución interior, después podrías encontrarte a ti mismo doblegado bajo duras situaciones o reflexiones melancólicas.

Si tu necesidad evolutiva lo requiere, podrás ser atormentado por problemas que te hacen menos apegado al mundo, o a través de la enfermedad para estar menos ligado al cuerpo. Esto entonces, no se trata de recibir el destino auto-ganado o de satisfacer aquella necesidad. Las dos coinciden usualmente, pero no siempre y no necesariamente. No sucede esto con la persona común, sino más bien con la gente que está en la búsqueda espiritual, al haber pedido u orado por un desarrollo más rápido.

¿Son algunas faltas de conducta o debilidades de carácter lo bastante incorregibles? Date el tiempo suficiente, es decir, suficientes vidas, y estarás imposibilitado de resistir al cambio y a la reforma, por así decirlo, incapaz de resistir a la Idea- Mente. Esta es la voluntad de Dios, dentro del lenguaje religioso.

Aprender haciendo.

La vida no está tratando de fabricar gente feliz o infeliz. Está tratando de hacerle entender. Su felicidad o infelicidad llega como un producto del éxito o falla de su entendimiento.

Creo en el amor, no en el hado; como una fuerza motivadora para la reforma. Al mismo tiempo, veo al Karma en funcionamiento, molestando al egoísmo y a la crueldad, y sé qué hará inexorablemente su trabajo a pesar de lo que todos digan. Dios nunca comete un error y este universo corre bajo leyes perfectas. Desafortunadamente, el sufrimiento es uno de sus principales instrumentos de la evolución y especialmente, para personas que no aprenden a través de la intuición o la razón y de los profetas espirituales.

La gente que hiere ingeniosamente a otros, al final terminan hiriéndose a si mismos. Quien niegue el principio del amor en sus relaciones, un principio que es parte de las leyes superiores establecidas para nuestro desarrollo; debe pagar el castigo por su negación.

El karma es realmente neutral, aunque para el observador humano, su operación parecería ser premiadora o castigadora.

Nosotros no sobrellevamos ciertos problemas o experiencias decepcionantes durante la vida sin una razón particular para cada uno. Si aceptamos el problema para aprender la razón del mismo, podemos superar la experiencia y fortalecer nuestro carácter; o podemos permitir que la experiencia nos supere y empeorar nuestro carácter. A través de muchas, extensas y variadas experiencias, se nos da la oportunidad de construir nuestras capacidades de pensamiento, juicio, voluntad e intuición. Las experiencias correctamente manejadas pueden llegar a ser efectivas, lo que significa que pasamos de un punto de vista inferior a uno superior. Cada experiencia debe ser capitalizada por sus lecciones, ya sean dolorosas o placenteras, así como un novelista podría sacarles provecho como material para su historia.

Cuando conocemos los resultados de nuestras acciones, tenemos la oportunidad de conocer el valor de aquellas ideas que dirigieron las acciones. En otras palabras, si lo permitimos, la experiencia traerá responsabilidad, y esa voluntad traerá desarrollo.

El hado está diseñado de tal manera, que le da a la gente momentos que ellos quieren, por lo tanto, a través de estas experiencias, ellos finalmente aprenderán a evaluar más justamente. Frecuentemente, las personas tienen la oportunidad de ver el lado adverso de la experiencia, cuando su deseo les impide ver. El hado también está diseñado para ir en reversa y bloquear el cumplimiento de los deseos de otras personas. A través de esta inhibición ellos pueden tener la oportunidad de aprender que no estamos aquí, únicamente, para una estrecha y egoísta satisfacción, sino también y principalmente, para alcanzar los más grandes propósitos de la vida como los formados dentro de la Idea-Mundo.

Los cultos que enseñan que el destino no importa o que este no existe, son cultos que nunca llevan a la verdadera felicidad, lo que demuestran es lo que usualmente dicen “un ciego guiando a otro ciego”. El destino existe, y es de sabios encarar y reconocer este hecho. El sólo rechazo al reconocimiento de su existencia, de ninguna manera lo limita. Ninguna cantidad de oraciones o concentración lo descartará, porque existe para el beneficio de la humanidad, para nuestra educación ética e intelectual y porque mientras vivamos en este mundo no podemos tener lo uno sin el otro.

Al rendir una cuenta de buena o mala fortuna, la gente usualmente se olvida de incluir los valores éticos, que han sido adquiridos de cada experiencia. Pero cuando hemos alcanzado alguna comprensión de estos asuntos, traeremos a la luz, involuntariamente, la verdad de la responsabilidad personal; no solamente como un dogma intelectual sino como una convicción sentida de corazón.

La ley de la recompensa, no es nulificada ni probada como falsa, por medio de la evidencia ofrecida a través de la objeción de individuos duros e implacables que aparecieron para influir por su opulencia sobre las vidas apabulladas de otras personas. La felicidad o bienestar de estos individuos no pueden ser únicamente y apropiadamente juzgados a través de su cuenta bancaria o su posición social. Observen también las condiciones físicas o mentales de su salud, sus conciencias dentro del estado del sueño, o sus relaciones domésticas o familiares. Observen también su reencarnación siguiente. Allí, y sólo allí, la presencia o ausencia de las leyes, pueden ser correctamente juzgadas.

No crecemos fácilmente desde lo peor hasta lo mejor, o desde lo mejor hasta lo superior. Luchamos por nuestras imperfecciones al precio de un fatigoso sacrificio y problema. La maldad de estas situaciones no es únicamente aparente, no, en esencia, es el último conflicto con el amor divino. Cualquier cosa que nos ayude hacia la final comprensión de nuestro origen divino, aunque ésta sea dolorosa, es buena; y cualquier obstáculo aunque sea placentero, es malo. Si la pena personal tiende hacia este resultado, esto es realmente bueno y si una felicidad personal la retarda, es por lo tanto, realmente malo. Esta es la razón por la que no creemos y nos quejamos ante la presencia del sufrimiento y dolor dentro del plan divino y de la ausencia de merced en la divina voluntad. No conocemos donde descansa nuestro verdadero bien, y ciegamente seguimos al ego, al deseo, la emoción o la pasión, desplazando el bien por un imaginado y engañoso bien. Consecuentemente, perdemos fe en la sabiduría de Dios, en el mismo momento en que está siendo manifestada; y llegamos a ser más amargados acerca de Su indiferencia, justamente cuando la consideración de Dios está siendo más mostrada. Hasta que no convoquemos suficiente coraje para abandonar nuestra habitual actitud egoísta e irreflexiva, con ideas erróneas acerca del bien y del mal, la felicidad y la miseria; debemos continuar innecesariamente, prolongando y multiplicando nuestros problemas.

Imagina ¿qué podría suceder si accidentalmente, una mano es colocada sobre el fuego y no hubiese el sistema nervioso para proveerle a su dueño, de una señal de cuidado, el dolor? Podría ser del todo destructivo y el uso de la mano perdido para siempre. Aquel dolor previo a ser quemado, aunque sea severo, actuaría como un amigo disfrazado, si le persuade al dueño de retirar su mano del fuego. Así es como el sufrimiento protege la vida física, posee un lugar justificado dentro del escenario universal de las cosas. ¿Y qué acerca de la protección moral de la vida? El dolor ocupa un lugar dentro del presente estado evolutivo de nuestra existencia ética, el cual es apenas menos y frecuentemente más útil que el que es ocupado por el placer. Pero nuestro egoísmo nos ciega ante este hecho. Si, lo que hace es despertarnos del letargo del entendimiento en el que usualmente la mayoría de nosotros caemos, el dolor ha hecho algo más valioso. Platón ha destacado que es una desgracia para un hombre el escapar de un castigo que ha merecido. Después de todo, el castigo puede despertarlo hacia el reconocimiento del error que ha cometido y después purificar su carácter. Nuevamente, es a través del dolor que la crueldad y orgullo del hombre pueden ser rotos, son difícilmente dóciles, como para corregirlos únicamente a través de las palabras. El dolor causado sobre un sentido del “yo” inflado, por ejemplo; el trabajo de una compensación kármica, no es en realidad un castigo, no es nada más que un dolor causado por un cirujano que abre un absceso con su bisturí.

Cuando su vida no se desarrolla según la línea que ha sido planeada, su mente llega a estar confusa y la duda de Si mismo se arrastra internamente. Es ahí cuando el hombre ambicioso es tomado en la mano de su yo superior, para que aprenda a través de la frustración y la decepción que son manifestadas a través de un nuevo ciclo de karma negativo, cuyas lecciones él no podría recibir a través del éxito y el triunfo.

La conexión subconsciente, entre errores cometidos y sus consecuentes sufrimientos y el mayor involucramiento en tales acciones, nos llevarán a sentir más incertidumbre e incomodidad.

Un egotismo calloso es una inversión mal pagada. Esto significa que en tiempos de necesidad, no habrá nadie para ayudarlo; en horas de angustia nadie estará para consolarlo. Lo que nosotros damos eso recibimos.

El egoísta brutal que despiadadamente empuja a los demás hacia un lado de su camino del ascenso, recibirá el mismo y duro trato, cuando el tiempo sea decretado.

El venado que está mortalmente herido por el disparo de un cazador no es capaz de pedir Vida porque sufrirá, pero el hombre que está mortalmente herido por un disparo de un asesino, escapaz de hacerlo.

La rueda de la vida se mantiene girando y girando a través de una diversa clase de experiencias y nosotros estamos irremediablemente atados a esta. Pero cuando al final ganamos comprensión de lo que está sucediendo y del poder que está operando, nosotros somos liberados.

El acero del carácter humano se convierte en acero templado por el horno de los problemas.

Libertad, hado, destino.

No debemos suponer que estamos tan desamparados como podría parecer. Mucho de nuestro destino fue hecho por nosotros mismos en el pasado. Si nosotros lo construimos, entonces, podemos cambiarlo. El destino nos controla, pero nuestro libre albedrío tiene algún control sobre el destino. Esta voluntad será verdad, sin embargo, solamente en la medida en que aprendamos nuestras lecciones por la experiencia y ejercitemos creativamente este libre albedrío.

No podemos aceptar ni la arrogante actitud occidental, que cree que uno mismo puede ser el maestro de la vida, ni la actitud oriental sin esperanza que cree que uno puede ser víctima de la vida. La una sobrevalora la creatividad humana y la otra la infravalora. La una cree que pueden desaparecer todos los males, y la otra los mira como irremediables.

Cuando la creencia en el destino es permitida para paralizar toda energía y aplastar todo coraje, debe ser re-examinada. Cuando la creencia en el libre albedrío es permitido para llevar a la gente hacia un egoísmo arrogante y materialista, también debe ser re-examinada.

Los viejos argumentos acerca del hado y el libre albedrío, al final son bastante inútiles. Es posible mostrar que tenemos total libertad para mejorarnos a nosotros mismos y a nuestros alrededores, pero también es posible mostrar que estamos desamparados. Esto es porque los dosaspectos del tema están presentes y deben estar incluidos y tomados en cuenta dentro de cualquier situación. La Idea-Mundo reproduce ciertos eventos y circunstancias inevitables.

Si analizamos el significado de las palabras en lugar de usarlas sin cuidado, encontraremos que en este caso “libre voluntad”, son términos que frecuentemente significan exactamente la idea opuesta del lugar en que supuestamente deben estar. ¿Dónde está la verdadera libertad de la gente que es esclava de sus apetitos y de sus pasiones? Cuando expresan lo que ellos creen ser para hacer su propia voluntad; ellos están expresando realmente la voluntad de sus apetitos y pasiones. Tan extensos como: los deseos, las pasiones, los entornos, la herencia y las sugestiones externas que son la fuente real de nuestras acciones; ¿Dónde está nuestro verdadero libre albedrío? Sin libertad de deseos no hay libre voluntad. A menos que encuentres tu verdadero yo, no podrás encontrar tu verdadera voluntad. El problema del hado versus el libre albedrío debe ser primeramente entendido antes de que pueda ser resuelto. Y este entendimiento no puede ser alcanzado mientras hagamos la habitual aproximación superficial, en lugar del acercamiento más raro: el semántico. Nuestra voluntad es libre pero sólo relativamente.

No hay completa libertad, pero por otro lado, no hay completa necesidad. Hay una libre voluntad reducida, una libertad dentro de límites. La filosofía define, como las bases de esta libertad en la humanidad: tanto a la inteligencia que se encuentra en nosotros, como al Espíritu Divino del que deriva dicha inteligencia.

La doctrina materialista del “determinismo” es una mezcla de verdad y falsedad. Por un lado destaca correctamente el modo de cómo nuestras vidas externas son determinadas por nuestras circunstancias y eventos externos. Y por otro lado, erróneamente nos desprovee de la libertad de reaccionar como escojamos ante estas circunstancias y eventos; en referencia a la elección moral es muy falso.

Podríamos preguntarnos Si realmente existe un punto a lo largo de todo nuestro rumbo, en el cual verdaderamente tengamos una elección, ¿Francamente, tenemos una elección entre dos vías, para hacer lo que realmente queremos hacer? Nuestra libertad consiste en: que somos libres para escoger entre una y otra acción, pero no entre las consecuencias que se desplieguen de esos actos. Podemos reclamar nuestra libertad interior sea cual fuese nuestro futuro externo. Podemos fijar nuestros propios objetivos de vida, escoger nuestras propias creencias, formar nuestras propias ideas, divertidos deseos y expresar aversiones tanto como queramos. Aquí, en esta esfera del pensamiento y del sentimiento, de la acción y la reacción, el libre albedrío es extensamente nuestro.

La selección entre lo correcto e incorrecto puede existir solamente donde hay libertad de voluntad para hacerlo. El determinismo materialista declara que los humanos no son responsables ni libres. Si alguien es o llega a ser un criminal, el entorno es el culpable, la herencia es la culpable, la sociedad es la culpable; pero no el individuo. El determinismo espiritual, el karma (la recompensa), no nos da una amplia licencia para cometer un crimen. Afirma que cada uno de nosotros fue y es en parte el autor de su propio carácter; consecuentemente, de nuestro propio destino.

Cuando sostenemos la existencia de la libre voluntad, implícitamente sostenemos la existencia del hado. Al preguntarnos el modo en que el pensamiento de libertad aparece en la mente, se revela que siempre viene en pareja con el pensamiento del hado. Si uno es rechazado, el otro es, por lo tanto, rechazado también.

Hay una cierta porción de destino en cada vida como resultado del karma pasado, pero también hay una porción de libre voluntad Si la misma es utilizada. Cada suceso en nuestras vidas no es karma, las situaciones pueden haber sido creadas por nuestras acciones presentes.

Quienquiera que imagine que todas sus acciones son enteramente el resultado de su elección propia y personal, quienquiera que sufra de la ilusión de poseer completamente la libre voluntad, está cegado y enamorado de su propio ego. No ve, que en ciertos momentos le fue imposible actuar de cierta manera porque no hubo alternativa. Y tal imposibilidad apareció porque hay una ley que arregló las circunstancias o introdujo un impulso acorde a un patrón inteligible. El karma, la evolución y la tendencia individual del pensamiento son las principales características de este patrón.

¿Qué diferente rumbo nuestra vida podría haber tenido Si nosotros no hubiéramos conocido casualmente a cierta persona? Una reunión que nos llevó hacia impulsos y consecuencias. Esto proporciona material para tentar a las especulaciones. El hado algunas veces pende de un hilo, y como hemos dicho, pero siempre está suspendido de un nudo enredado de circunstancias dependientes, así el juego especulativo de cuán diferente podría haber sido, Si una sola de las circunstancias habrían cambiado, es un pensamiento inútil pero fascinante.

El destino entero de una persona puede depender de un evento, una decisión, una circunstancia. Aquella única causa puede ser significante para todos los años que siguen.

La voluntad del Karma no podría predominar más en un área especial de nuestra vida y no en otras, no más en una situación especial de nuestra vida y no en otras. No podría estar aquí y no allá, en el pasado y no ahora. Ni, incluso yendo más lejos, no podría limitarse sólo a los elementos principales y no a los secundarios. Debe estar siempre presente o nunca. Si coloca más destino a los acontecimientos que experimentamos, luego el occidental podría sentirse cómodo, debemos recordar la otra cara de la verdad: la inteligencia creativa y divina dentro de nuestra humanidad profunda y la medida de libertad que la acompaña.

La ley de la recompensa no tiene jurisdicción sobre el ser real, el Yo Superior eterno e indivisible, solamente sobre el cuerpo y la mente del ego transitorio.

Aquellos que objetan la doctrina del hado auto-determinado, quienes proponen una absoluta libertad de voluntad, tienen que mostrar como la libre voluntad puede cambiar los resultados de un asesinato. ¿Puede restaurar la vida del cuerpo o salvar al criminal de la muerte? ¿Puede eliminar la infelicidad de la esposa del hombre asesinado? ¿Puede eliminar la sensación de culpa de la conciencia de su asesino? No, esos resultados inevitablemente fluyen de la acción.

El énfasis exagerado en tales creencias como la astrología te puede causar un menor esfuerzo o aún olvidar completamente tus posibilidades creativas. Estos son dos extremos que cuelgan del péndulo. La astrología descansa en la base del karma; en las tendencias y las acciones. La libertad de decisión descansa en la necesidad evolutiva que le permite a cada persona expresar su creatividad obtenida del Yo Superior. Para encontrar la verdad debes colocar los dos factores juntos.

La libertad existe en tu corazón, o sea en tu Yo Superior. El hado existe en la superficie de la vida, que es tu personalidad. Y como cada ser humano está compuesto de los dos aspectos, ninguna posición, ni el fatalismo absoluto ni la absoluta libre voluntad, es completamente correcta; la vida externa también debe estar compuesta de libertad y destino… Ninguna acción es enteramente libre o enteramente destinada; todas tienen la mezcla este doble carácter.

La herencia, la educación, la experiencia, el karma (tanto a nivel colectivo como individual), la libre voluntad y el ambiente conspiran conjuntamente para modelar la forma externa y el tejido interno de la vida que tenemos que vivir. Cosemos el tapiz de nuestro propio destino, pero el hilo que usamos es de una clase, un color y una calidad impuestos a nosotros por nuestros pensamientos y actos pasados. En síntesis, nuestra existencia tiene un carácter semi independiente y semi predestinado.

El karma nos trae los resultados de nuestras propias obras, y forman parte de la Idea-Mundo, la cual es una ley suprema y condiciona el curso de los eventos.

Cada libertad personal del individuo se estira hasta cierta distancia y después se encuentra a si misma rodeada por el hado. Fuera de estos límites, él o ella es impotente como un bebé y allí nada puede hacer.

El trágico drama griego nos muestra como un evento tras otro pueden tornarse en contra de alguien, por la legislación de un poder superior, el destino. Y nos muestra como el pequeño humano podrá alejar una catástrofe o evitar un desastre cuando la voluntad universal está en una dirección opuesta.

Solamente cuando la planificación personal obtenga la aprobación del destino, podrán ser alcanzados sus objetivos.

Lo que un poder superior ha decretado eso sucederá. Pero cuando lo has hecho por ti mismo puede modificarse o deshacerse. Lo primero es el hado, y lo segundo es el destino. El uno viene de fuera de tu ego personal y el otro de tus propias faltas. La voluntad evolutiva de tu alma es parte del origen de las cosas pero las consecuencias son parte de tus propias acciones que permanecen; sin embargo, ligeramente están dentro de tu propio control.

Si fuera verdad que cada acto que hiciste y cada evento que te sucedió fueron predestinados en cada momento, lo que necesariamente seguiría es la destrucción de tu responsabilidad moral y podría ser tanto un desastre para la sociedad como para ti mismo.

La red del karma crece alrededor tuyo en tanto y en cuanto las vidas se incrementen con los siglos o se reduce cuando el ego consigue estar más y más desapegado.

De alguna misteriosa manera, un decreto predestinado engrana sus mecanismos con la voluntaria y libre elección, y el resultado final aparece.

Libre voluntad versus Hado es una controversia antigua e inútil, como usualmente es presentada; es puramente artificial y por lo tanto, sin solución. No son contrarios sino complementarios. No están en oposición. El sabio combina las dos. En la ausencia de un conocimiento de los hechos del karma y la evolución, toda discusión del tema es irreal, superficial e ilusoria. Como seres espirituales poseemos libre voluntad; como seres humanos no. Esta es la clave de todo el asunto.

Tú puedes intentar desafiar tu destino, pero a menos que se haya emancipado tu espíritu, este te atrapará.

Lo que está destinado a que suceda, paradójicamente llega a través del ejercicio de nuestra libre voluntad.

La libertad y el medio ambiente.

Cada uno de nosotros vive cierto tiempo dentro de la historia y ocupa cierto lugar (o ciertos lugares) durante un período. ¿Por qué ahora y aquí? Observe las leyes de las consecuencias para una respuesta, la ley que conecta un tiempo de vida terrestre con otras anteriores.

Es muy falso decir que nosotros somos creados por nuestro medio ambiente. Es verdad decir que nosotros estamos condicionados, ayudados o retrasados por nuestro ambiente, pero es sólo la mitad de la verdad. Llevamos dentro de nosotros una conciencia que es independiente en varios puntos y con diferentes atributos; y algunas veces bastante opuestos a todas las sugerencias del medio ambiente. Debido a que, desde el primer día sobre la tierra, poseemos en estado latente ciertos gustos y aversiones, a lo largo de una línea de pensamiento y acción, en lugar de otros, así como estos se revelan a si mismos y luego se desarrollan a si mismos; al final constituyen nuestra personalidad. Claro que, necesariamente, tal proceso toma tiempo. La herencia biológica contribuye con algo bastante definido hacia este resultado, pero las antiguas encarnaciones contribuyen mucho más.

El ambiente ayuda a sacar a la luz las cualidades innatas de la persona o a evitar sus manifestaciones, pero no crea dichas cualidades. Si así fuera, los genios podrían ser hechos a pedido de cada escuela y estudio.

Los ambientes negativos no crean el mal carácter. Este lo saca a relucir y estimula su desarrollo. La debilidad ya estaba allí latente.

Partiendo de la verdad que la gente fuerte o prudente gobierna sus estrellas y conquista sus circunstancias, es igualmente verdad y frecuentemente pasado por alto que la fortaleza y la prudencia para hacerlo vienen desde el interior, han nacido dentro de tales personas más allá de que hayan sido adquiridas por ellas.

El promedio de la gente no es del todo heroica o angelical y pronto descubren que sus almas no pueden elevarse sobre sus circunstancias y que sus nervios son indiscutiblemente afectados por sus ambientes.

Tú puedes estar predestinado a vivir en ciertos ambientes, pero no estás predestinado a la forma en que permitas que ellos te afecten.

Las personas que uno conoce, las situaciones que uno confronta y los lugares que uno visita pueden ser altamente importantes, pero ellos son al final, menos importantes que lo que uno piensa acerca de ellos.

Cada persona que ingresa a nuestra vida por un tiempo, o llega a estar involucrada en algún punto, es un canal involuntario trayendo para nosotros, el bien o el mal, la sabiduría o la tontería, la fortuna o la calamidad. Esto se da porque fue pre ordenado a que suceda -bajo la ley de la recompensa. Pero el grado en que ellos afectan nuestros asuntos exteriores es parcialmente determinado por el grado en que les permitimos hacerlo, ya sea través de la aceptación o del rechazo de las sugestiones hechas a través de su conducta, palabra o presencia. Siendo así finalmente, nosotros los responsables.

Si una persona sale de la miseria, de la incomodidad y de la ignorancia de los barrios marginales hacia la limpieza, la cultura y la vida refinada; podríamos leer internamente tanto el trabajo favorable del karma como el renacimiento del poder de la persona que conquistó el ambiente. Pero otros que fallan y no lo hacen, pueden leer en el hecho, la creencia de que la suerte está en su contra o a su vez su falta de capacidad para superar su medio ambiente. Por lo tanto, podemos ver que las lecturas de las biografías de tales personas recogen para unos un mensaje de esperanza, mientras que para otros sólo recogen frustración, sino desesperación. En ambas lecturas puede haber un elemento de verdad y de cuanta voluntad difiera entre la una y la otra persona.

El hombre o mujer que nació con una cuchara de plata puede tener grandes talentos y nunca usarlos. Sus talentos pueden morir con ellos, porque ellos nunca sintieron la espuela de la necesidad. La insuficiencia o moderación significan que puede dar un incentivo. Lo peor de la pobreza es el mayor de los incentivos. Esto suena como un duro evangelio, pero para algunas personas es una verdad.

Ya sea que nazcas en una pobre miseria o en un gran palacio, vendrás al final a tu propio nivel espiritual. Cierto es que el ambiente es poderoso para ayudar o impedir, pero los antecedentes del Espíritu son aún más poderosos y finalmente independiente de éste.

El Karma Grupal.

El karma no es únicamente aplicable al individuo sino también a los grupos, tales como comunidades, pueblos, países y aún continentes. Uno no puede de ninguna manera escaparse del resto de la humanidad. Todo está interconectado. Los individuos pueden engañarse a si mismos, como casi todos lo hacen, pensando que ellos pueden vivir su propia vida y dejar que los demás se vayan, pero tarde o temprano, la experiencia les revela su error. Todos son finalmente unagran familia. Es lo que la reflexión de la experiencia enseña. Cuando reflexionamos sobre la Verdad; finalmente, comprenderemos que al igual que el Yo Superior, todos somos una entidad -con los brazos y las piernas de un solo cuerpo. El resultado es que cada uno de nosotros tiene que considerar el bienestar de otros, al igual que el nuestro, no sólo porque el karma trabaja para enseñarle al individuo, sino también porque trabaja para enseñarle a la humanidad en masa, la última y superior lección es la unidad. Cuando esta idea es aplicada a la reciente guerra, la segunda guerra mundial, uno ve que lo último fue parcialmente (sólo parcialmente) el resultado de la indiferencia de la gente más rica hacia la gente más pobre, de las naciones bien gobernadas hacia las mal gobernadas, del sentimiento aislado de que en un país todo está bien y en otros no, siendo desafortunado pero son sus propios asuntos. En pocas palabras, no hay una verdadera prosperidad y felicidad para un país mientras que uno de sus vecinos es pobre y miserable; cada uno es el guardián de su hermano.

El trabajo de la recompensa (una pieza del karma) también afecta a aquellos que están estrechamente asociados con la persona de la cual se originaron los actos y pensamientos.

El karma no es ni será un asunto meramente individual. La sociedad es un todo que crea el barrio bajo, de donde se origina el criminal. Si la sociedad lo llama a dar cuentas de sus crímenes, él en su turno puede llamar a la sociedad a dar cuentas por haber hecho posible que su carácter sea criminal. Consecuentemente, la sociedad debe también compartir con él, Si bien en menor grado, la responsabilidad kármica por sus delitos.

Cuando todo un pueblo se moviliza por el camino de la maldad, entonces está invitando al sufrimiento para su purificación e iluminación. Tan largo como el egoísmo rija a la sociedad, así esta tendrá su sufrimiento. Tan largo como las naciones sean indiferentes a los problemas de otras naciones, así ellas, tarde o temprano tendrán aquellos problemas. La gente rica no puede escapar de su responsabilidad parcial, al rehusarse a dar ayuda a la gente más pobre; ni una poderosa nación a la tolerancia, por la persecución de otras naciones, y tampoco una agresiva dominación racial sobre razas débiles. Las guerras mundiales tienen abundantes ejemplos de estas verdades.

Si queremos entender que ha estado pasando en el mundo, primero debemos entender que el karma continental y nacional son las causas ocultas de sus tensiones.

Una nación se origina de la suma conjunta de cada individuo que está en ella. Tú eres uno de esos individuos cuyos pensamientos y conductas ayudan a construir el karma de la nación. El tema del destino colectivo es muy complicado porque está compuesto de muchos más elementos que estructuran el destino individual. El individuo que está naciendo dentro una nación particular tiene que compartir el destino general de la nación tanto como su propio karma individual. Y Si ellos salen de la nación y por su propia decisión migran hacia otro país, ellos entonces tendrán que compartir el nuevo destino colectivo que está atado para modificar el suyo propio y colocar la marca del nuevo sobre su destino personal; ya sea mejorándole y dándole mayores oportunidades o causándole un deterioro.

Hay un karma colectivo nacional que gradualmente crece y luego se materializa. Cuando un grupo de gente vive y trabaja junta, ya sea en un país o una ciudad, ellos gradualmente forman para si mismos un destino nacional o municipal que tienen que portar. Algunas veces el resultado es bueno, otras malo; pero generalmente es una mezcla de los dos. Así, encontramos en la historia tales cosas como un destino nacional y un hado racial.

Ninguna nación puede escapar de la responsabilidad colectiva, por la aceptación de sus códigos y políticas, sus ideas y acciones, de los estándares y lealtades que deben portar en su nombre.

La persona que acepta doctrinas, que obedece instrucciones, que las sigue ciegamente, desplaza la responsabilidad a la organización de la cual es miembro. Pero Si el esfuerzo de la organización falla, el karma no es sólo para la colectividad sino también para la persona individual, no puede escapar.

Tú has tomado inconscientemente una decisión. Esta descansa allí, implícitamente, dentro de tu obediencia a, y tu fe en, el credo o el partido que sigas. Tú sigues siendo responsable y sigues construyendo tu karma personal.


Si Alejandro está para ser elogiado por la gran expansión de la civilización griega hasta la India, por el simple proceso de la invasión a otros países; entonces, los generales Flaminio, Silla y Mumio están para ser elogiados por la expansión de la civilización romana, por el mismo hecho de haber invadido Grecia. Hay una conexión kármica entre las dos civilizaciones.

Las grandes catástrofes, tales como terremotos e inundaciones llevan cientos de personas a la muerte, pero individuos aquí y allá escapan, porque su destino es diferente. Tales escapes ocurren frecuentemente de forma milagrosa; repentinamente, ellos son llamados a retirarse a otro lugar o son protegidos por un aparente incidente. Por lo tanto, el destino individual, cuando choca con el destino colectivo o nacional, puede salvar la vida de uno donde otros son derribados.

Intensamente la historia nos demuestra como en ciertos períodos psicológicos, personas no usuales aparecen para inspirar o instruir la era. Ellos son hombres y mujeres del destino.

Si tú estudias historia y lo piensas muy bien, en lugar de aceptar las teorías construidas por historiadores ciegos, encontrarás entre los grupos humanos que la aparición de grandes trastornos, ya sean espirituales, sociales, militares o intelectuales, siempre se sincronizan con el nacimiento y la actividad de grandes personalidades.

No tiene sentido decir que un único individuo hace una época histórica. Él o ella es la reacción encarnada llamada a ejecutar parte del destino y del tiempo a través de los pensamientos de aquellos entre quienes fue lanzado o lanzada.

El hado les da una fe ilimitada en su propio futuro, forma su carácter y diseña su capacidad que les permite llevar a cabo su tarea histórica en la evolución humana.

El Karma y la Predeterminación.

Por un cierto conjunto de características en una persona, es frecuentemente posible para el psicólogo predecir por adelantado como la persona probablemente actúe en una situación dada.

Muchos eventos en la vida de una persona o nación son previstos, pero solamente Si existen tendencias del pensamiento y modos de acción que son continuados.

Algunos eventos del futuro son inevitables, ya sea porque son resultantes de acciones de la gente que fallan en rectificar su carácter o de mejorar la capacidad de profundizar el conocimiento, o porque estos vienen del patrón básico de la Idea- Mundo y de las leyes que se establecen para gobernar la vida física.

Lo que nos sucederá a cada uno en el futuro no es totalmente inevitable y fijo, aunque sea una secuencia lógica de nuestro conocimiento y desconocimiento del pasado. El futuro está todavía desarmado, no cristalizado- por lo tanto, es cambiable en cierto grado. El grado que puede ser moderado parcialmente, se logra a través del alcance de nuestro pre conocimiento de lo que es posible que suceda y los pasos que tomemos para evitarlo. La habilidad de evadir estas situaciones no es completa, de todos modos, está siempre sujeta a ser desautorizada por la voluntad del Yo Superior.

Soy un creyente en presagios. Es una superstición un poco débil que me permito a mí mismo, que el inicio de una situación trae un significado bastante propicio para mí.

Una advertencia debe ser dada acerca de las predicciones astrológicas. Las lecturas deben ser tomadas con gran reserva. Cada astrólogo comete errores y frecuentemente, tremendos errores, porque el conocimiento completo de esta ciencia está perdido en la edad moderna, actualmente sólo hay un conocimiento parcial.

Hay el peligro de que las predicciones negativas puedan actuar también como sugestiones, y por la influencia de causas mentales o emocionales, se manifiesten efectos físicos que cumplen la predicción.

El horóscopo indica el futuro solamente para gente común y nunca puede llegar a ser una certeza fija para quien está despierto espiritualmente. En cualquier punto en que un individuo ha estado bajo la Gracia Divina, él o ella; ya sea directa o indirectamente a través de un maestro puede ser liberado, independientemente de su karma personal del pasado; y en cualquier momento que la voluntad Divina lo ordene. La voluntad es libre porque el Hombre es Divino y el Ser Divino es libre.

Es más importante encarar el futuro equipado de principios correctos y carácter fortalecido que hacerlo con predicciones sobre sus detalles. Si nosotros establecemos buenas actitudes, no podemos obtener malos resultados.

A pesar de que nos entrometamos mucho en el futuro no nos acercamos a la paz real, mientras que Si buscamos fielmente al Yo Superior y permanecemos en El, gradualmente llegará la luz eterna y vida.

Cuando la astrología usa las estrellas y los planetas para explicar los eventos que nos suceden, como indicadores de lo bueno y lo malo, de la sabiduría y la ignorancia que está dentro de nosotros mismos, como las primeras causas de aquellas situaciones, sirve a un propósito. No obstante, si la astrología usa a las estrellas y a los planetas como las causas reales, entonces, nos da un mal servicio.

Podríamos dejar libremente el futuro a nuestras estrellas, si conocemos lo que puede ser verdad para nosotros mismos.

El Ritmo, los ciclos y la intensidad del karma.

Cada período de una vida tiene su evaluación propia y hay opiniones que difieren acerca de ello. Algunos dicen que la edad temprana es la mejor, otros que la mediana, y así. Pero la verdad es que depende del karma de la persona más que de su edad, en cuanto a lo que le resulte mejor y de lo cual pueda extraer mayor satisfacción.

Uno de los principales malentendidos de los seguidores del karma y quizás uno de los mayores obstáculos de su aceptación para otros, es la idea de que este produce sus efectos sólo después de muy largos períodos de tiempo. Así, lo que tú haces hoy regresará a ti en una futura encarnación, varios siglos después; lo que experimentas hoy es el resultado de lo que hiciste cien o aún mil años atrás; lo que aquí cosechas, en este siglo veintiuno, es el fruto de lo que sembraste allá en Roma en el segundo siglo-tales son las nociones comunes acerca de la reencarnación y el karma. Pero sólo tenemos que abrir nuestros ojos y mirar alrededor para ver que en todo lugar la gente está obteniendo lo que ellos han hecho en la presente encarnación.

En cada momento estamos dando forma a la historia del momento siguiente, cada mes estamos labrando la forma del mes venidero. Ningún día se establece aislado y solo. El karma está en un proceso continuo y no trabaja posponiendo. ¡Ciertamente es incorrecto considerar que es como una clase de juicio post-mortem! Pero frecuentemente es imposible resolver esas consecuencias en términos de las circunstancias particulares de su nacimiento. En algunos casos -y sólo en esos casos- experimentamos las consecuencias en los nacimientos posteriores.

El trabajo del karma que viene de vidas anteriores está actuando principalmente en evidencia al nacer, durante la infancia, la niñez y la adolescencia. El trabajo del karma hecho en la presente vida está principalmente palpable después de haber alcanzado la etapa de madurez o adultez.

Es un hecho que en muchas de las vidas de la gente, algunos de sus problemas que enfrentan no tienen origen en el karma de vidas anteriores, sino que pertenecen solamente a causas iniciadas durante la presente vida.

Usualmente es un gran disparate interpretar el karma (la recompensa) como algo que es operativo sólo en remotas reencarnaciones. En realidad su mayor operación está en el mismo tiempo de vida de la persona o nación.

Hay veces en que el karma de una acción viene de regreso con la velocidad y precisión de un boomerang.

Es un error considerar al karma de una acción como algo que aparece más tarde en el tiempo, o que vuelve a su hacedor poco o mucho después. No es una secuencia a seguir después de lo que ha sido hecho antes. Por el contrario, el karma es simultáneo a la acción.

Acerca de esta visión más amplia, la mejor recompensa kármica para las acciones correctas es el mejoramiento del carácter que sigue luego, así como el peor castigo kármico por acciones erróneas es la degradación del carácter que es acrecentada por dichas acciones. El mentalismo hace que todo pensamiento sea importante y así también lo hace el karma; este tiene doble carácter: cada acción crea tanto la reacción física como la tendencia psicológica para repetir la acción.

Podemos desafiar la ley del karma por muchos años en asuntos de salud del cuerpo y no tener que pagar por ello hasta la mediana edad o la vejez. Podemos desafiarla en asuntos de la conducta hacia otros y no tener que pagar hasta el nacimiento posterior. Pero al final la ley se ejecuta siempre, está siempre registrada en la carta del horóscopo, impresa sobre la misma forma del cuerpo y el origen de la personalidad.

Los planetas no controlan nuestro destino individual, pero sus movimientos determinan los tiempos cuando el karma latente que has adquirido debe llegar a estar activo y operativo. Así el cielo es como un reloj gigante cuyas manecillas apuntan a las fatídicas horas de la vida humana pero no es un depósito de fuerzas influenciando o dominando esa vida.

Escuchamos en cada religión, sea Oriental u Occidental, del sufrimiento padecido por los impíos en el estado después de la muerte. Se supone que ellos están habitando por un tiempo en el mundo inferior, un purgatorio. La verdad es que esto es un símbolo primitivo de una doctrina superior en que los malvados sufren después de la muerte, pero solamente cuando ellos han renacido sobre la tierra, nuevamente.

El hado se mueve dentro de ritmos de ganancia y pérdida, dentro de ciclos de acumulación y privación. La fuerza que nos trae los amigos amorosos así como los odiados enemigos, es una y la misma.

El karma espera por un tiempo propicio antes de llamarnos a dar cuentas; siendo sus asentamientos periódicos y agrupados conjuntamente, así se explica porque lo bueno y lo malo, con frecuencia se ejecutan en aparentes ciclos.

De manera muy lógica se enseña que se alcanza algún tipo de equilibro entre dos clases de karma de la persona, así el malo puede ser mitigado o aun superado, e igualmente el buen karma puede ser reducido o incluso contrarrestado.

Nuestra vida interior es desarrollada por ritmos que están bajo leyes, al igual que las mareas y los amaneceres.

Cuando un ciclo favorable del destino está operativo, una pequeña acción correcta produce un montón de resultados afortunados. Pero cuando un ciclo desfavorable es dominante, un montón de acciones correctas produce un pequeño resultado. La persona y sus capacidades no han cambiado pero su destino sí. En este tiempo, la nueva secuencia de eventos en sus vidas está dictada no por su voluntad individual sino por una voluntad superior.

El destino no está trabajando a ciegas y sin inteligencia, de manera arbitraria y antagónica contra nosotros, como la mayoría de nosotros probablemente creemos, cuando nos enfrentamos a un ciclo desfavorable del karma. Por lo contrario, es la Absoluta Sabiduría operando en si misma.

El grado de las consecuencias kármicas de una acción será proporcionado a la energía contenida en dicha acción. La Mente Mundo graba fielmente las más altas aspiraciones o los más ruines deseos. No obstante, Si el pensamiento, la emoción, o el acto deseado es solamente un paso ocioso; entonces, la impresión permanece solamente dormida y no se ha generado karma. Las impresiones que son muy débiles y no reforzadas por la repetición son bastante ineficaces, pero cuando ellas crecen por repetición o acumulación, finalmente, llegan a ser kármicas y producen resultados definidos. Por esta única razón, la sabiduría es cortar una falta -cuando es reconocida- en el brote, y eliminarla antes de que se convierta lo suficientemente fuerte como para provocar un serio perjuicio. Por eso, es también sabio recordar los altos ideales y mantenerlos firmemente al igual que las leales aspiraciones tenerlas profundamente arraigadas en el corazón; no pueden dejar de dar el fruto de su especie a su debido tiempo.

La Ley es implacable, pero es flexible: ajusta los castigos según el grado evolutivo de la persona. La persona pecadora que conoce más y aquella que peca con mayor conciencia de lo que está haciendo, tiene que sufrir más.

Cada infracción de la gran ley de la compensación, desde su lado moral, es acumulativa, apila en un montón, y finalmente una aflicción sobre otra, esta es una de las razones por la que frecuentemente escuchamos la queja de que las aflicciones no están en justa proporción de los pecados.

Las consecuencias por venir actuando y pensando erróneamente durante varios años pueden amontonarse en pocos meses.

Algunos errores tenemos que pagar con la desgracia durante unos pocos años. Pero por otros tenemos que pagar con la desgracia durante el tiempo de vida. Por un daño realizado a un Sabio que encarna compasión, a menos que nos arrepintamos y enmendemos, podemos fácilmente, encajar dentro de la segunda forma.

Trotski llegó al punto de ser despiadado con los enemigos durante la Guerra Civil de Rusia: no es sorprendente que su propio asesinato haya sido un despiadado acontecimiento.

La responsabilidad individual.

Nadie ha sido traicionado, ya sea por Dios o por la vida. Nosotros hemos contribuido para ello, y en alguna medida nos hemos ganado los sucesos trágicos de nuestro tiempo.

Mucha gente está orando por ser liberado de las consecuencias de sus errores o debilidades, muy pocos están tratando de librarse de sus propias faltas. Si las oraciones de estos grandes grupos fueran respondidas, las debilidades todavía se mantendrían y las mismas consecuencias estarían destinadas a repetirse nuevamente. Si los esfuerzos del grupo minoritario son exitosos, ellos se liberarán por siempre.

Atribuir los resultados de la negligencia humana a la operación de la voluntad de Dios es una blasfemia. Culpar a un decreto divino por las consecuencias de la estupidez, inercia e indisciplina humana, no tiene sentido.

Si la gente se queja de que la vida le trae lo peor, ellos deben detenerse y considerar si se han preparado interiormente para recibir cualquier cosa mejor que lo peor.

Si le atribuyes a la naturaleza abrumadora del destino, la miserable debilidad de tu propia inercia, empeora tu mala situación.

Una sabia actitud lleva estos problemas externos hacia la realidad interna del carácter, la inteligencia y la capacidad; y trata con ellos allí.

La culpa a los demás por las desgracias o fechorías de uno mismo, es para el buscador, un mecanismo por el cual el ego dirige la atención fuera de su propia culpa y por lo tanto, mantiene su control sobre el corazón y la mente. Para la persona común, esto es únicamente la expresión emocional de la ignorancia espiritual.

De nuestro estudio de la ley del karma, podemos deducir que cada uno de nosotros debemos crecer, llegar a ser adultos y aprender a ser responsables por nuestras acciones, decisiones, emociones y aún pensamientos. Es decir, que nosotros somos los encargados de seleccionar qué ideas y especialmente qué impulsos aceptamos, cuáles dejamos pasar y cuáles los apartamos.

3. EL KARMA Y LA GRACIA.

Lo maravilloso de la gracia.

Si el infalible karma fuese el único poder detrás de la fortuna y la desgracia, esta podría ser una perspectiva lamentable para la mayoría de nosotros. No tenemos ni el conocimiento, ni la fortaleza, ni la virtud para acumular muchos y buenos méritos. Por lo contrario, tenemos toda la ignorancia, debilidad y pecaminosidad para acumular un montón de imperfecciones. Pero tal es la beneficencia detrás del universo, que no hemos sido abandonados únicamente al régimen del karma. Junto a este, existe otro poder, el poder de la gracia. Los dos operan juntos, a pesar de que nadie puede predecir cuánto o cuán poco del uno o del otro, se auto manifestarán en algún caso particular.

La visión de que el karma opera como una máquina automática no es del todo verdad; esto es porque no está totalmente completo. El elemento faltante es la gracia.

El rechazo a la idea de la Gracia está basado en una concepción equivocada de lo que es, y especialmente, está basado en la creencia de que es un obsequio arbitrario y caprichoso procedente de un favoritismo. Claro, no es nada de eso, sino la puesta en juego de una ley superior. La Gracia es simplemente el poder transformador del Yo Superior; que está siempre presente pero que ordinaria y legítimamente es incapaz de actuar en una persona, hasta que no se hayan despejado los obstáculos para su actividad. Si su aparición es considerada impredecible, es por las malvadas tendencias kármicas que lo impiden y varían considerablemente de una persona a otra en: fuerza, cantidad y duración de la vida. Cuando el karma generado por dichas tendencias, llega a ser lo suficientemente débil, ya no pueden obstruir más su acción.

Así, como esta generación ha vivido para ver la experiencia de la ley de la gravedad alterada por la ingravidez de los hombres en el espacio; así, en todas las generaciones ha habido quienes han encontrado la experiencia del karma alterada por la gracia y su perdón.

La incapacidad de apreciar el papel de la gracia debido a la fe en la ley del karma es tan deplorable como la tendencia de exagerar la fe en una deidad personal.

Por el hecho de que creamos en el destino, no necesitamos movernos lenta y ociosamente en la corriente de los acontecimientos. El Yo Superior es más profundo que el destino. El Yo Superior es omnipotente, los eslabones relacionados con la cadena del Hado caen al suelo, así como sus ofertas; es mejor creer en el Yo Superior y su supremacía que creer en el destino y su poder- No es que el Yo Superior se burle del destino, sino que únicamente lo disuelve.

El Yo Superior actúa a través de la ley inexorable, si, pero el amor es parte de la ley. La Gracia no viola ningún principio, pero va más allá de eso, cumple el principio superior.

Algunos tienen dificultad en entender el exacto lugar de la Gracia, en el esquema de las cosas. Si ellos creen en la ley de la recompensa, parecería que no hay espacio dejado para la ley de la Gracia. Es verdad que debemos enmendar nuestra conducta y corregir nuestras faltas; no se encuentra ningún escape a estos necesarios deberes. Pero ellos se pueden hacer solos o pueden ser hechos con la ayuda del pensamiento, la recordación y la ayuda del Yo Superior. Este segundo rumbo presenta la posibilidad de la Gracia, el que puede ser tomado únicamente, si el primero ha sido cumplido y sólo si la aspiración ha logrado elevar la conciencia hacia el Yo Superior. Un momento de contacto será suficiente para este propósito. Lo que sucede entonces, es que el cambio interno es completado y la consecuencia kármica restante después es anulada. Aquí no hay un regalo de “algo por nada”, no hay ruptura de la ley de la recompensa. El ego debe usar su voluntad para arrepentirse y enmendarse a si mismo, en cualquiera de los casos.

Buda se auto realizó en la tierra donde el clero había persuadido astutamente a las masas de creer que cada pecado debía ser expiado, y que sus efectos presentes o futuros en el destino podían ser eludidos, a través de un pago para un ritual, sacrificio o magia. El trató de elevar el nivel moral de su gente negando el perdón del pecado y afirmando el riguroso gobierno de la ley del karma, la justicia invisible, estricta e inalterable. Jesús, por el contrario, se auto iluminó en un lugar donde la religión proclamaba duramente, “ojo por ojo y diente por diente” El también trató de elevar el nivel moral de su gente. Pero una sabiduría no menor que la de Buda le hizo enfrentar la situación, haciendo hincapié en el perdón de los pecados y la misericordia de Dios. “La ley de la recompensa trae a cada hombre lo que le corresponde y las formas externas de la religión no pueden cambiar su funcionamiento” es esto, en efecto, la esencia de la enseñanza Budista. Acerca de “La Verdad”, Jesús podría haber dicho, “pero hay también la ley del amor, el amor de Dios, para aquellos quienes tienen la fe para invocarlo y la voluntad para obedecerlo”. Concedamos que los dos profetas estuvieron en lo correcto, Si consideramos a los diferentes grupos a los que ellos respondieron y la clase de ayuda que los dos dieron fue acorde a lo que la mayoría necesitaba en cada grupo. Que nadie le niegue a la divinidad una verdad que es poseída por la humanidad. La respuesta de su yo superior ante la penitencia del ego, es cierta. Y tal respuesta puede extenderse hasta alcanzar el perdón de sus pecados.

La Gracia es una energía mística, un principio activo perteneciente al Yo Superior; puede producir resultados en los campos del pensamiento, sentimiento y cuerpo del ser humano; al igual que por un lado en las circunstancias del karma humano o por otro lado en las interrelaciones. Esta es la voluntad cósmica, no es simplemente un deseo piadoso o un pensamiento amable, puede realizar auténticos milagros bajo sus propias leyes que son desconocidas. Tal es este potencial dinamismo que puede conferir la visión de la última realidad, tan fácilmente como que puede nuevamente, levantar a la vida a una persona moribunda o restaurar instantáneamente el uso de las extremidades de una persona lisiada.

Hay esperanza para todos porque hay Gracia para todos. Ninguno es tan pecador como para que él o ella no pueda encontrar el perdón, la limpieza y la renovación.

Aquellos que creen que el universo está gobernado por la ley, implica que la vida humana como parte del mismo, también debe estar gobernada por la ley; encuentran difícil creer en el perdón de los pecados y la ley del karma es parte de la doctrina de la Gracia .Pero permitamos que consideren lo siguiente: Si el hombre falla al apropiarse de la lección y al enmendar su conducta, nuevamente vuelve a caer en sus viejos pecados, también entonces su perdón caduca automáticamente. La ley de la recompensa no es anulada por su perdón, sino que su funcionamiento es modificado a través de un trabajo paralelo de una ley superior.

Cuando la total sumisión del ego es reconocida por la sagrada Gracia del Yo Superior, se te concede el indulto por el pasado más negro y tus pecados son realmente perdonados.

Hay tres tipos de Gracia: primera, la que tiene la apariencia de Gracia pero que realmente desciende del buen karma del pasado y es enteramente auto-ganada; segunda, la que es dada por un Maestro a su discípulo o aspirante cuando existen las circunstancias apropiadas tanto externas como internas- su origen está en un vislumbre temporal, solamente, pero es útil porque le da un vislumbre de la meta, un sentido de la dirección correcta y un estímulo inspirador para continuar en la Búsqueda; la tercera, cuando una persona alcanza el grado máximo de comprensión, es capaz en algunos casos de modificar un karma sobresalientemente negativo o en otros casos de anularlo, porque él o ella ha dominado las lecciones particulares que necesitaban ser aprendidas. Esto es particularmente evidente cuando la Mano de Dios elimina obstáculos en el sendero de su trabajo. La concepción filosófica de la Gracia le enseña cómo es justa y razonable. Es bastante diferente de lo que la religión ortodoxa cree acerca de la Gracia, ya que considera que es una intervención arbitraria de un Poder Superior para el beneficio de sus seres humanos favoritos.

El Yo Superior no viola en ningún momento la ley de las consecuencias. Si, a través de tus propios esfuerzos modificas sus efectos sobre ti, en una instancia particular; o si lo mismo se produce por la manifestación de la Gracia, todavía todo está hecho dentro de la ley -por ello no debes olvidar que la adjudicación seleccionada para una encarnación particular, no agota todo el almacenamiento del karma existente en el registro de una persona. Siempre hay mucho más que una asignación para una vida singular en la tierra. Lo que sucede es que una parte de buen karma se manifiesta junto a una de mal karma, y de tal naturaleza y momento, como para neutralizarlo completamente; si el resultado es eliminarlo o neutralizarlo parcialmente, Si su modificación es el objetivo final. Así, la misma ley todavía continúa funcionando, pero hay un cambio en el resultado de su funcionamiento.

La noción de la gracia divulgada en la religión popular fue útil tal vez para las masas, pero necesita una larga revisión para los buscadores filosóficos. Esta no se concede por capricho de un Dios Personal, ni únicamente después de trabajos merecedores para alcanzarla. Es más bien, una constante y permanente emanación del propio Yo Superior de cada persona, siembre disponible, pero tu apertura es necesaria para permitirle entrar. . Si a veces parece intervenir, especialmente a favor de uno, es en apariencia, debido a la inmensa sabiduría en el momento de la liberación particular de un buen karma.

¿El perdón sería imposible de nulificar la ley del karma? ¿No hay forma de salir de una consecuencia del karma que conduce a otras series que son interminables e irremediables? Yo creo en una respuesta a la primera pregunta dada por Jesús y a la segunda dada por Esquilo. Fue una clara enunciación de Jesús que se encuentra en Mateo 12:31: “Por lo tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres”. Para el difícil problema de la segunda pregunta, considera la solución sugerida por Esquilo: “Solamente en el pensamiento de Zeus, lo que sea que Zeus pueda ser.” El karma debe funcionar automáticamente, pero el Poder detrás del karma conoce todas las cosas, controla todas las cosas, aún al karma en si mismo, conoce y entiende cuando el perdón es deseable. Ninguna mente humana puede desentrañar este Poder; por lo tanto, Esquilo añade la frase calificativa, “lo que sea que Zeus pueda serEl perdón no destruye la ley del karma; complementa el trabajo de esa ley, lo cual describe Monandro, casi cuatrocientos años antes del tiempo de Jesús: “todos nosotros, los mortales, necesitamos del perdón. Vivimos no como quisiéramos sino como podemos”.

En el Yo Superior encontramos el valor supremo y absoluto porque trasciende el plano de la ideación en si. El Yo Superior no puede separarse a si mismo del karma cósmico, pero no está sujeto al funcionamiento de la causalidad personal, porque no está sometido a la personalidad, al cambio, a la relatividad; está más allá de los límites de estas ideas que aparecen dentro de él. Cuando venimos a examinar el origen de la realidad última debemos aprender porqué esto es así. Por lo tanto, el karma personal no puede operar en tal esfera de lo absoluto, sin embargo, rígida e inflexiblemente opera dentro del espacio-tiempo del mundo de la existencia relativa. El hecho de que la causalidad personal no existe en el más profundo sentido de la existencia, ofrece una gran esperanza para la humanidad. Es por ello que se hace posible la inserción, dentro de la vida humana y su vicisitud, de un factor totalmente nuevo e inesperado: la gracia. Es como un cinturón salvavidas del que se pueden agarrar los mortales desesperados. El peor de los pecadores puede recibir lo que no se ha ganado, si él se arrepiente sinceramente, hace todas las posibles enmiendas, y voltea su rostro en sublime fe. A pesar de todo lo que su vida pasada pudo haber sido, por un cambio de pensamiento y acción, él puede tener éxito para que su voz se oiga en la región superior y siempre es posible que desde allí descienda el regalo de la gracia.

Ha habido algunos cuestionamientos acerca de la idea de la Gracia. Es aceptada por los cristianos e indios y negada por los budistas y Jainas. Sin embargo, aquellos que la aceptan tienen ideas confusas y contradictorias concernientes a la Gracia. En un amplio sentido general podría ser definida como un cambio benevolente provocado sin la fuerza de voluntad de la persona, y en lugar de ello, producido por algún poder que comúnmente y normalmente no le es propio. Pero, ya que tenemos con nosotros residuos de reencarnaciones anteriores en la forma de karma, es imposible para la mayoría de las personas distinguir si algún suceso es el resultado del karma o de la Gracia. Pero a veces se lo puede hacer, por ejemplo, si se despiertan en la mañana o aún en medio de la noche recordando alguna dificultad, situación o problema y tienen el sentimiento de una Presencia Superior; y luego con este sentimiento empiezan a ver luz sobre la dificultad o el problema y especialmente comienzan a perder cualquier angustia, inquietud, miedo o incertidumbre que la haya causado. Si sienten que las reacciones negativas desaparecen y una cierta paz de la mente las reemplaza, y especialmente, si la manera de actuar correctamente en la situación llega a ser clara, están entonces experimentando una Gracia.

La intuición -a la cual Bergson la llamó el camino más seguro a la verdad- erradica las vacilaciones. Cuando tú estás en contacto con el Yo Superior en la solución de un problema, recibes una orden directa de qué hacer y entonces sabeslo que es correcto. Las nubes y vacilaciones que aparecen cuando se lucha entre puntos de vistas contrarios, se derriten. Mientras que, si no estás en contacto con el Yo Superior y sólo estás siendo llevado a través del karma, entonces te estás balanceando entre las emociones y las opiniones.

Primero, debes intentar levantarte más alto por ti mismo, tomando el tiempo necesario y haciendo el esfuerzo necesario. Luego sentirás que alguna otra fuerza te está levantando gratuitamente- es la reacción, la Gracia.

Invocando la gracia.

Es excelente creer en la realidad de la Gracia y la esperanza de su venida. Pero no deben ser convertidas en coartadas para la pereza espiritual y el pecado moral.

Si la Gracia del Yo Superior no viene en tu ayuda, todos tus esfuerzos serán infructuosos. Pero, por otro lado, si no haces el esfuerzo por ti mismo, es poco probable que venga la Gracia.

El hecho de que la Gracia sea un descenso impredecible desde lo alto, no significa que estamos totalmente desamparados en la materia, que no hay nada que podamos hacer acerca de ello. Podemos al menos prepararnos a nosotros mismos en dos sentidos: para atraer la Gracia y responder correctamente cuando esta venga. Podemos limpiar nuestros corazones, entrenar nuestras mentes, disciplinar nuestros cuerpos y fomentar el servicio altruista, aún ahora. Y entonces, cada grito que emitamos para invocar la gracia será respaldado y enfatizado por estas preparaciones.

Si hay una ley que esté conectada con la gracia es: así como le demos amor al Yo Superior así conseguiremos su gracia. Pero tal amor debe ser tan intenso, tan magnífico, que voluntariamente sacrifiquemos tiempo y pensamiento para ello, en una medida que muestre cuánto significa El para nosotros. En pocas palabras, debemos dar más con el fin de recibir más. Y el amor es la mejor cosa que podemos dar.

El hecho es que el poder superior dispensa la gracia hacia todos, pero no todos están capacitados, dispuestos o listos para recibirla. No todos la reconocen y hay muchos que la dejan pasar. Es por esta causa, que la gente debe trabajar primero en ellos mismos como una preparación.

Cuando tú llegas a estar extremadamente consciente tanto del deber sagrado del auto mejoramiento como de la despreciable debilidad que llevas; lógicamente viene la necesidad de alcanzar el poder redentor y transformador de la Gracia. Entonces, estás psicológicamente listo para recibirla. No puedes conducir la gracia hacia ti mismo, únicamente puedes invocarla y esperar por ella.

La idea de que solos podemos conquistar nuestra naturaleza inferior, por nuestros propios esfuerzos, no deja ningún espacio para la Gracia. Sería mejor encontrar una equilibrada aproximación. Tú debes aprender que tus propios esfuerzos no pueden llevarte a todo lo que buscas. Lo primero que requieres para atraer la Gracia es humillarte en oración y confesar tus debilidades.

La Gracia no es una operación de una sola vía. No, como algunos creen erróneamente que pueden conseguir algo por nada. No hay nada gratis en ningún lugar. Cuando la Gracia comienza a operar también empezará a disipar aquellas cualidades negativas que la obstaculizan. Estas se resistirán, pero si tú adoptas la correcta actitud de auto-rendición y estás dispuesto a dejarlas ir, no podrán resistir más. Pero si te mantienes en éstas, porque parecen ser parte de ti mismo, o porque parecen ser “naturales”, entonces la Gracia las retirará o a su vez conducirá hacia ti circunstancias y situaciones que eliminen las obstrucciones de manera forzada y consecuentemente dolorosa.

Cuando tu propio intelecto te falla en la búsqueda de respuestas y tú no puede hacer frente a todos tus problemas, por ti mismo. La Gracia, cuya fuente es superior y está más allá de ti mismo, es la última respuesta a todas tus preguntas y la última solución a todos tus problemas. Así, la primera llamada piadosa en oración para la ofrenda, debes dirigirla a través del acallamiento de la confusión que está dentro de ti y el calmar del tumulto interno de tu mente. El ego debe reconocer su propia naturaleza desconfiada y detenerse, parar su persistente actividad, a través de una meditación pasiva.

Dos cosas son requeridas antes de que la Gracia se manifieste a si misma a través de ti. Una, es la capacidad de recibirla. Y la otra, es la co-operación con ella. Para la primera, debes humillar al ego; para la segunda, debes purificarlo.

Tu parte es abrir la puerta, eliminar los obstáculos, ganar concentración, así la gracia del Yo Superior puede alcanzarte. La unión de las dos actividades produce el resultado.

Si todos tus esfuerzos son concentrados sólo en el auto-mejoramiento, entonces, el círculo de tu pensamiento llegará a ser pequeño y limitado. Lo pequeño se convertirá en demasiado importante dentro de tus propios ojos y lo insignificante llegará a estar lleno de significado. Es necesario equilibrar ambas actitudes: rindiéndote al poder de la Gracia y con fe en la Gracia.

Aquellos quienes están pidiendo al Yo Superior su más grande bendición, su gracia; deben preguntarse a ellos mismos, ¿Ellosqué están dispuesto a dar al Yo Superior?- ¿cuánto tiempo, amor, auto-sacrificio y auto disciplina?

Las condiciones que hacen que la Gracia sea posible incluyen: primero, una vida más simple que la ridícula vida moderna de la civilización; segundo, la comunión con y la veneración de la Naturaleza.

La Gracia es sólo actividad del Yo Superior, pero puedes ayudar a llamarla a través de tu anhelo y oración, volteando tu mirada desde tu pequeña persona hacia este gran ser. Así, no hay ningún grito sincero y llanto sostenido que se haya emitido en el aparente vacío, que no haya sido escuchado por el Yo Superior. Pero debe ser sincero en el sentido de haber sido pronunciado por tus actos no menos que por tus pensamientos. Y debe ser sostenido en el sentido de que debe ser una aspiración continua y no meramente el estado de ánimo de una hora. La gente que sinceramente invoca al poder superior no invocará en vano, a pesar de que su respuesta puede tomar una forma inesperada y en algunas ocasiones no les agrade del todo, inmediatamente. Algunas veces, sino siempre; va más allá de sus grandes esperanzas, pero siempre son beneficios reales en lugar de los aparentes.

Si quieres la gracia debes hacer algo para ganarla, tal como estar atento al desperdicio de tiempo en actividades o murmuraciones triviales o aún nocivas (porque son negativas); purificar tu carácter, estudiar las revelaciones de los sabios, reflejarlas en el curso de tu vida; practicar la calma mental y la disciplina emocional.

Aquellos que buscan la gracia deben hacer algo para merecerla. Permitirse la práctica del perdón a otros que los agraviaron, ofrecer misericordia a cualquier persona que esté en su poder o que necesite ayuda de ellos. Que se permitan parar la matanza de animales inocentes. Esto será como si estuvieran concediéndose a ellos mismos. Lo que ellos den a otros, pueden esperar recibirlo.

La Gracia ha sido siempre otorgada, de una manera general, pero no vemos el ofrecimiento; estamos ciegos y la dejamos pasar. ¿Cómo podemos reversar éste estado y adquirir la visión? Preparando las condiciones propicias. Primero, señalar un período en cada día, una corta pausa para para retirarse de la ordinaria forma de vida. Ceder este tiempo para ir hacia el interior, para la meditación. Retírate del mundo por unos pocos minutos.

Quien sea que invoque a la Gracia del Yo Superior debe estar informado que también está invocando un largo período de tiempo para un trabajo de auto-mejoramiento, además, un necesario sufrimiento de auto purificación para prepararle a la recepción de la Gracia.

Es verdad que la Gracia es algo que debe ser dada desde una fuente superior y otra a través de ti. Pero es también verdad que ciertos esfuerzos hechos por ti pueden atraer este regalo más rápido de lo que podría haber llegado. Estos esfuerzos son: la oración constante y el ayuno periódico.

La Gracia puede ser una maduración del karma, o una respuesta a una petición directa hecha a un poder superior, o puede venir a través de la súplica a un santo. La fe en el Poder es recompensada por la Gracia. Si la súplica falla, es porque el karma adverso debe estar muy fuerte. Los materialistas no hacen este tipo de peticiones, por lo tanto, ellos no reciben la Gracia, a menos que, la acumulación de buenas acciones les traiga buen karma.

No es posible que los castigos de pasados errores, se los envíe de vuelta, hasta que nosotros mismos les permitamos que se vayan, tomando de corazón sus lecciones de manera completa y correcta.

El dolor por un camino erróneo de la vida, la resolución de abandonarlo, y la buena disposición de hacer enmendaduras definitivas son pre-requisitos para asegurar la Gracia.

La confesión es una buena práctica cuando es un reconocimiento sincero y honesto de que ciertas acciones del pasado fueron erróneas, ya sea que fueron, simplemente imprudentes o totalmente malvadas; las que nunca debieron haber sido cometidas y que, si te enfrentas a situaciones similares, no volverás a intentarlo. El remordimiento, la penitencia y un deseo de reparar son los sentimientos emocionales que deben ir acompañados del reconocimiento intelectual, esto es para tener un valor efectivo en el futuro. De acuerdo con la tradición hay tres maneras como la confesión puede ser hecha. Hay una forma, en ciertas religiones, que imponen la presencia de un sacerdote ordenado. Es útil especialmente para los pertenecientes a esas religiones, quienes pueden tener fe, tanto en los dogmas como en los sacerdotes. Sea que lo haga en una atmósfera religiosa o no, la confesión a otra persona posee valor, únicamente si dicha persona tiene un estado espiritual superior a la del pecador y si no está simplemente figurando o fingiendo tener dicho estado. Si esta garantía está presente, entonces la confesión libera la tensión de los pecados secretamente guardados. Segundo, hay otra manera, de algunas sectas y cultos, que ordenan la presencia de un grupo. Es también útil sólo para los creyentes seguidores y de una forma muy limitada. Ofrece alivio emocional. Pero todo degenera muy fácilmente en un exhibicionismo egoísta. Esta forma es, ciertamente, mucho menos deseable que la primera. La confesión privada hecha en soledad y dirigida directamente hacia nuestro propio Yo superior es la tercera manera. Si el pecador experimenta un sentimiento de haber sido interiormente limpiado y subsecuentemente, no muestra tendencia de repetir el pecado, él o ella pueden saber que su confesión ha sido efectiva y que la Gracia del Yo Superior ha venido a ellos en respuesta a su acción. Es un error creer, sin embargo, que el sólo hecho de la confesión es todo lo que necesitaba. Podría ser, pero lo más frecuente es que tal respuesta viene solamente como el clímax de una serie de dichos actos. Es también un error creer que cualquier confesión tiene algún valor, Si el ego del pecador no está resignadamente humillado y preparado para sentir no solamente su imprudencia e indignidad, sino también su dependencia de un poder superior para ayudarlo a lograr la sabiduría y el autodominio.

Si tú tratas de cumplir estas condiciones de sinceridad, auto-preparación, y tratas de practicar el servicio, la compasión y la bondad, la Gracia vendrá y su significado será encontrado. La Gracia tiene un significado que está muy cerca al amor, al amor altruista. Lo que tú has dado a otros te retornará por la ley de la recompensa.

Perdonando a aquellos que nos han hecho daño, nos colocamos en la posición de merecer el perdón de aquellos a quienes nosotros lo hicimos.

Si tú te haces digno de la Gracia, no necesitas preocuparte de si alguna vez la recibirás. Tus fervientes esfuerzos tarde o temprano lo merecerán. Y esta es la mejor manera de hacer que su otorgamiento sea probable.

Tú podrías caer en la consternación en ciertos momentos, pero no te debes permitir el llegar a estar desesperado. Esto ayuda a que la Gracia venga.

La oración no es para ser desdeñada por nadie. Nosotros minimizamos el poder del Yo Superior si no aceptamos esta declaración. Tanto como seamos imperfectos, tanto podemos encontrar la necesidad de orar. Tanto como encontremos ausencia de algo, tanto debemos orar. Sólo el sabio que es integrado y sin deseos no necesita orar, sin embargo, el sabio puede orar para otros en su propia, misteriosa y poco convencional manera. Tampoco podemos decir que siempre es un error orar por cosas físicas: algunas veces es lo correcto. Pero una oración que es meramente una petición, hacia un Ser sobrenatural, para borrar aflicciones auto-ganadas, no traerá ningún otro resultado que no sea el de la comodidad psicológica de la persona. Ciertamente, no altera ni una jota de la compensación kármica por la cual está sufriendo. Será únicamente un ruido en el aire. En vano protesta ante el destino. Pero una oración que combine el esfuerzo arrepentido para reformar el defecto del carácter que causó la aflicción, y el complemento de un real intento para compensar en el caso de que alguien más haya sido perjudicado, no serán en vano. El arrepentimiento y la reparación son los factores importantes que pueden hacer que una oración sea exitosa. Entonces serán una fuerza que puede afectar el karma personal porque estas introducen un nuevo y favorable karma…

Observemos que el Dios a quien oramos, primero habita en nuestro corazón. Cuando nuestra oración produce un sentimiento posterior de alivio o paz; es probablemente el signo de que hemos orado correctamente, pero cuando nuestra perplejidad o la angustia que pesa sobre nosotros es tan pesada como antes de la oración, es también probable, un signo de que debemos orar nuevamente y aún otra vez o que hemos orado equivocadamente. En la medida en que una oración enaltece tus pensamientos, más allá de tus pequeñas preocupaciones personales, de seguro que es de ayuda para tu progreso. En tanto que sea una solicitud puramente materialista o completamente hipócrita, que es dirigida hacia una deidad antropomórfica, para derramar beneficios materiales de una clase particular; es seguro que es inútil, ya sea para el progreso espiritual o práctico. La mejor manera de apelar en contra del principio del karma, cuando exige un tributo doloroso, no es rezar, sino cambiar tus pensamientos. En la medida en que más puedas cambiar la tendencia general de tu pensamiento, mejor llegará a ser finalmente, tu vida externa.

La Gracia es el poder oculto que trabaja a lo largo de tu aspiración espiritual y tus esfuerzos en la disciplina. Esto no significa que continuará trabajando Si dejas caer la aspiración y el esfuerzo. Podría, pero lo más probable es que no lo hará.

4 TRABAJANDO CON EL KARMA.

La gente se quejará de su infelicidad del pasado y del dolor porque no pueden anularlo, pero se olvidan de desatar el futuro infeliz que están construyendo y en el que se encuentran ocupados.

Cuando consideramos desde el punto de vista de largo-alcance kármico, cada uno de nosotros crea nuestro propio mundo y atmósfera. Por lo tanto, no tenemos a nadie sino a nosotros mismos para agradecer o culpar por nuestra comodidad o miseria. Debe ser recordado también, el presente uso, ya sea correcto o incorrecto, de la libre voluntad, que ahora está decidiendo las condiciones y circunstancias de vidas que vendrán.

No es cuestión de lamentarse cuando estás encarando circunstancias adversas, sino que en lugar de ello, estas son un desafío de lo que puedes hacer. Representan una triple posibilidad: deterioro, estancamiento o crecimiento. Cuando tu mente ha sido suficiente y largamente acostumbrada a estas ideas, y cuando estas han sido recreadas como los productos de tu propio pensamiento y la conclusión de tus propias experiencias; estas serán capaces de encarar los desafíos del destino y los cambios de fortuna con una fuerza y sabiduría que anteriormente desconocías.

Cuando la enseñanza, que inevitablemente recibes de los resultados de tus acciones, gana aceptación a través de satisfacer cuidadosamente la necesidad racional del conocimiento y la necesidad emocional de la justicia; cuando estas ideas alcanzan un cierto grado de fuerza fervorosa y limpieza intelectual; cuando esta verdad innata es reconocida como creíble y su justicia como consoladora, y cuando empieza a convertirse en la dinámica dentro de tu perspectiva del mundo; entonces, esta enseñanza no sólo empieza a ejercer influencia en tu vida exterior sino que ni siquiera se puede evitar que influya en la misma. Cuando esto aparentemente falla, siempre es porque la aceptación es solamente superficial y vocal o porque el egoísmo innato y la pasión indisciplinada se afirman a Si mismas en el carácter subconsciente. En el primer caso, la doctrina es conocida sólo como una tradición deteriorada o como rumores de un loro, muy frecuente sucede en el Este. A través de su aceptación convencional esta nunca ha girado hacia una convicción profunda y consecuentemente, ha perdido mucho de su ventaja éticamente disciplinaria. En el segundo caso, las complejidades están trabajando sin la conciencia de la persona y evitan que él o ella le den el total peso a la doctrina. Dicho esto, es axiomático que nuestra tendencia es hacer lo que finalmente pensamos y sentimos.

Una vez que una serie de pensamientos o acciones es suficientemente fuerte, su resultante kármica es tan inevitable como una imagen fotográfica de una cinta revelada. Cuando la fuerza kármica ha alcanzado un cierto impulso, su movimiento hacia adelante no podrá ser detenido, aunque podría ser modificado. Esta es la razón del porqué es una máxima filosófica: cortar los crecimientos indeseables en su yema y así extinguir energías kármicas antes de que se conviertan en inexorables resultados. Un pensamiento que no ha alcanzado una cierta plenitud de crecimiento y fuerza no producirá consecuencias kármicas. La importancia de cortar pensamientos erróneos al momento de su aparecimiento es lo más indicado. El modo de pelear una mala tendencia en uno mismo o un mal movimiento de una nación es controlarlos durante su estado temprano antes de que estos hayan cobrado impulso. Para ello es más fácil frustrarlos al inicio, cuando son relativamente débiles que tarde cuando son relativamente fuertes.

Es un ejercicio valioso para ti descubrir dónde comienza tu responsabilidad como causa de tus problemas, separando lo que realmente es una proyección externa de tus defectos internos, de la carga que estás acarreando sobre ti y que proviene de un destino imposible de rastrear o de un ambiente impactante.

La práctica pitagórica de la auto interrogación nocturna con preguntas como: ¿”qué he hecho erróneamente”? y ¿”qué deber he dejado sin hacer”? fue un excelente contra ataque al mal karma en proceso, así como fue la otra práctica de no decir ni hacer nada mientras se está bajo la influencia de la pasión.

El karma es una parte de ti mismo y no puedes alejarte de él. Pero, simplemente, si puedes hacer algunos cambios en ti mismo, por lo tanto puede haber un eco correspondiente en el karma.

Sólo cuando puedas juzgar tu suerte con impersonalidad y sin quejas, puedes desarrollar la capacidad de entender el misterio de tu destino y por qué este ha tomado un rumbo particular en lugar de otro.

El karma es el resultado preciso de lo que una persona piensa y hace. Tu reacción a eventos y situaciones es el resultado preciso de lo que eres, tu estado en evolución. Entonces, mientras menos reacciones y mayor elevación del estado evolutivo, mejor fortuna puede venir.

A donde quiera que vayas, todavía tienes tu propia mente, tu propio corazón, tu propio carácter. Ellos son los verdaderos autores de tus problemas. Nada externo cambiará dichos problemas, hasta que no empieces a cambiar tu vida psíquica, es decir, tú mismo.

Tú quieres que el desarrollo de tu vida exterior cumpla con tus propias concepciones. Pero Si no has encontrado tu armonía interior con Dios, a pesar de todos tus esfuerzos, eso nunca se dará.

Todas las precauciones a través de talismanes, las influencias de las gemas y así… tanto las unas como las otras, amplifican o modifican otras influencias (kármica, ambiental y personal) que pueden funcionar, pero no se sostienen por si solas. Más puede, si es hecho de esta manera: cambiar el tipo de pensamientos dominantes y especialmente mantenerse fuera de los pensamientos negativos, nocivos y destructivos, junto con la oración como guía.

Tus esfuerzos para modificar los efectos del mal karma (recompensa) deben dirigirse posiblemente hacia donde puedas rastrear las causas por las que se están dando en la vida presente; incluye el arrepentimiento por los errores cometidos a otros, así como por el daño hecho a ti mismo. Si el sentimiento de arrepentimiento no viene naturalmente primero, puedes hacerlo después de varios esfuerzos para reconsiderar tus acciones incorrectas, desde un punto de vista impersonal. La reflexión constante en el camino correcto, sobre los grandes pecados y errores de tu pasado, el configurar una imagen de tu comportamiento real en contraste con la imagen de como debes comportarte, puede generar a tiempo un profundo sentido de tristeza y arrepentimiento, los mismos que de manera intensa te ayudarán a purgar tu carácter y mejorar tu conducta. Si a través de esta frecuente e imparcial retrospección, las lecciones de la mala conducta pasada han sido exhaustivamente aprendidas, hay mayor probabilidad de que la Gracia del Yo Superior pueda borrar el registro del mal karma que está esperando para ser sufrido, o al menos lo modifica.

No envidies a quienes están con buena fortuna. Los dioses les han asignado una porción de buen karma, pero cuando este se haya agotado ellos serán despojados de muchas cosas, excepto de aquellas posesiones interiores y espirituales.

El karma no quiere decir que una persona nacida en un barrio bajo debe permanecer allí hasta que él o ella muera. Los colocó allí, es verdad; pero depende de ellos salir de allí, usando la inteligencia y los esfuerzos personales. Es verdad, sin embargo, que ellos no pueden hacer todo lo que quisieran, por lo que tienen que empezar con la existencia material y desarrollarse a partir de ahí. “ningún general puede ser afortunado a menos que sea valiente”, dijo el General Sir Archibald Wavell. Aplica lo mismo en el campo de batalla de la vida. Debemos estar preparados a tomar un riesgo o dos si queremos salir triunfantes del campo.

Una vez que realmente lleves la ley de las consecuencias en el corazón, no lastimarás a ninguna persona de manera voluntaria o bajo conocimiento. Y esto es principalmente porque no querrás lastimarte a ti mismo.

Tienes que prever las consecuencias no sólo de una acción, sino también de una actitud o un punto de vista.

Si tienes alguna queja contra otra persona o si estás consciente de los sentimientos de ira, resentimiento u odio contra otra persona, sigue el consejo de Jesús, y no permitas que el sol descienda sobre tu ira. Esto significa que debes ver a la otra persona, él o ella, como la expresión del resultado de su propia y larga experiencia, su pensamiento personal sobre la vida y, por lo tanto, él o ella es víctima de su propio pasado, sin actuar mejor porque no conoce algo mejor. Entonces, comprenderás que cualquier error que haya cometido, automáticamente será llevado bajo el castigo de la retribución kármica. Consecuentemente, no es tu asunto el condenar o castigar al otro, sino permanecer a distancia y dejar que la ley del karma cuide de él o ella. Tu interés es entender y no culpar. Debes aprender a aceptar a la gente tal cual es, sin condenar. Ciertamente, debes tratar de no sentir ningún resentimiento emocional o no expresar ningún mal en contra de ellos. Debes mantener tu propia consciencia sobre el mal, sobre la mala conducta, sobre la debilidad, sobre las faltas del otro; y no permitir que estos ingresen a tu consciencia -que es lo que sucede cuando permites que ellos te provoquen reacciones negativas en tu yo inferior. Debes inmediata y constantemente hacer el esfuerzo para erradicar tales malezas de tu vida emocional. Pero el modo de hacerlo no es cegándote a ti mismo ante las faltas, los defectos y las malas conductas de los otros. No es saliéndote de tu camino para asociarte con indeseables.

Algunos moralistas bien intencionados que dicen que la disciplina ya no debería buscar el mal de otros, oscilan hacia el otro extremo y dicen que debemos buscar sólo lo bueno. La filosofía, sin embargo, no respalda tampoco este punto de vista, excepto para recalcar, que no es nuestro asunto juzgar a quienes son más débiles que nosotros y menos nos concierne el condenarlos. Es más, decir que busquemos sólo lo bueno en otros podría dar una falsa imagen de ellos, por lo que una imagen apropiada debe combinar lo brillante y lo oscuro, los dos lados. Por lo tanto, prefiere mentalmente, dejarlos solos y no realizar ninguna valoración sobre ellos, tener en cuenta sus propios asuntos y dejarlos en manos del juicio infalible de su propio karma. La única excepción a esta regla es cuando estás forzado a tener acuerdos con la otra persona por lo que se hace necesario entender el carácter de con quien se está tratando; pero incluso el entendimiento debe ser equitativo, justo, hecho calmadamente, imparcialmente y sin prejuicios. Sobre todo, no deben aparecer emociones personales o reacciones egoístas; en suma, deberás ser absolutamente impersonal. Pero muy pocas veces el discípulo debe hacer esta excepción. Debes refrenarte de dar atención a las imperfecciones y defectos de otros, y ciertamente nunca se los debe culpar por ello. Debes dar vuelta tu mirada crítica solamente hacia ti mismo, -a menos que específicamente te hayan solicitado otros para examinarlos – y ejercítalo para corregirte, mejorarte y reformarte a ti mismo.

No necesitamos estar temerosos de ayudar a otros por el miedo de interferir con su karma. La razón debe guiar nuestra compasión, esto es verdad, y es probable que nuestro acto de beneficencia le implique al beneficiario continuar con su error y conducta incorrecta, podría ser más sabio abstenerse de hacerlo. No es generosidad condenar su pecado y confirmarle más fuertemente en su rumbo desatinado. Pero, la ley del karma puede estar a salvo para proveer sus propias operaciones. En efecto, es incluso posible que busque usarnos como un canal para modificar o terminar esta pieza particular de sufrimiento en la otra persona. Y negarnos para aliviar el padecimiento de un humano o animal, porque puede ser una interferencia con su karma, es aplicar mal el conocimiento de la ley del karma.

Por la razón de que creemos que a veces el karma opera para provocar una aproximada o adecuada justicia hasta el final; no por ello, por ejemplo, debemos permanecer indolentemente al margen del mal comportamiento agresivo, confiando en su pasiva ejecución. El karma necesita utilizar instrumentos y sus efectos no brotarán milagrosamente del aire. Entonces, no podemos eludirlo Si somos llamados a cooperar con este intencionado efecto educativo, para trabajar con sus intuidas operaciones, y establecer aquellas causas dentro del movimiento a través del cual sus reacciones pueden ser producidas.

El peor karma físico creado es por asesinato. Allí la penalidad es inevitable. Por más que esté retrasada. El asesino será asesinado, aunque no sea en la misma encarnación. El peor karma mental es creado por el odio. Si es suficientemente intenso y prolongado, esté dará lugar a enfermedades destructivas que se comen gradualmente la carne.

No hay nada censurable acerca de mantener conscientes objeciones ante el proyecto del servicio militar, en cierto estado de tu crecimiento, porque surge de buenos ideales. Este no es un tema donde alguien deba intentar dictarte lo que debes hacer, ya que dicha opinión debe ser respetada y la práctica de la tolerancia es recomendada en tal instancia. Sin embargo, debes también darte cuenta que esto no es nada más que un hito del cual algún día te moverás. Hay una posible visión más alta, pero si tú no puedes ver su justicia o no tienes la fuerza interna para tomarla, no te debes preocupar, pero has cualquier cosa que pienses que es correcta. Y esta visión superior es para hundir tus sentimientos personales, para darte cuenta de que habiendo nacido junto a la gente de tu país y compartido su vida, tú has sufrido las consecuencias de una responsabilidad kármica, también para compartir su protección. Si los ideales de ellos son diferentes, no te absuelven de tu responsabilidad. Solamente una renuncia deliberada de ciudadanía y transferencia de residencia a otro país te pueden absolver- pero una vez que la guerra ha sido declarada, es muy tarde. Tomar las armas y matar al enemigo Si es necesario; nuevamente, si es hecho en defensa de tu propio país contra una nación agresora, esto no es un pecado sino una virtud. Porque tú no lo está haciendo únicamente por tu propia protección sino por la de otros también. Hasta ese punto es bastante altruista. Mucho depende de tus motivos. Si un soldado pelea sin egoísmo dentro de un espíritu de justo servicio contra un despiadado agresor, el soldado está actuando sin ego. Nuevamente, el mero asesinato de un cuerpo no es pecado sino el motivo que lo provocó, es lo único que puede convertirlo en pecado o no.

Por el hecho de que sostenemos que el karma es la regla oculta de las suertes de la humanidad y esa fuerza no puede ser su árbitro final, no necesariamente sostenemos que aquella fuerza podemos dispensarla en favor de una ética de la no-violencia…el sabio no acepta la doctrina mística de la no-violencia por varias razones filosóficas. Su principal razón, sin embargo, es porque él no desea confirmar al malhechor en su conducta deshonesta, y tampoco desea suavizar su último camino y así fomentar el mal, o practicar parcialidad hacia él. Una dócil sumisión a la voluntad de un agresor hace que el agresor crea que sus métodos producen, mientras que una determinada resistencia controla su curso descendente, suscita dudas e incluso proporciona instrucciones para que sufra el castigo.

El castigo de un crimen sin acompañamiento de la educación ética es una brutalidad torpe e ineficiente. La pena de prisión, especialmente, se debe establecer en un marco de instrucción ética, que incluya la doctrina del karma. Sin esto, su efecto disuasorio no es suficiente, y de él se hace un éxito a medias y una falla a medias.

Contrarrestar las tendencias perjudiciales.

Los errores y deudas no pagadas de las vidas pasadas están ahora, aquí para perseguirnos. Si queremos liberarnos de esto, debemos también liberarnos de nuestros egos o además preparar los pensamientos y las acciones de un carácter opuesto y en cantidades contundentes, para contrarrestarlos.

¿Quién de nosotros tiene el poder de cambiar las consecuencias de sus acciones pasadas? Podemos hacer enmiendas, podríamos estar arrepentidos o realizar penitencias. Podemos contrarrestarlas a través de modos opuestos con buenas acciones. Pero es un asunto del karma, el hacernos sentir responsables por lo que hacemos y la responsabilidad no puede ser evadida. En cierto sentido, sin embargo, hay una medida de libertad, un poder de creatividad, los cuales pertenecen al divino Yo Superior que cada uno de nosotros tiene.

Lo que ha sucedido ha sucedido y no hay nada que se pueda hacer al respecto. No podemos volver a escribir el pasado, no podemos reparar nuestras acciones equivocadas, no podemos corregir el mal que hemos hecho, las heridas que hemos causado, o las miserias que hemos ocasionado a otros y a nosotros mismos. Pero, si los registros del pasado no pueden ser cambiados, nuestras actitudes presentes hacia ellos sí pueden cambiar. Podemos aprender las lecciones del pasado, y podemos aplicarles sabiduría; podemos tratar de mejorar nosotros mismos y a nuestros actos, podemos crear un nuevo y mejor karma. Lo mejor de todo, habiendo hecho estas cosas, podemos dejar de lado al pasado, completamente, y aprender a vivir en el eterno ahora, escapando al verdadero Ser, a la consciencia Yo soy y no al yo fui.

Si quieres cambiar tu karma, empieza por cambiar tu actitud: primero, hacia eventos externos, la gente, las cosas; segundo, hacia ti mismo.

Para compensar los efectos kármicos de una mala acción, haga una acción contraria; y de un pensamiento y discursos viciados debemos deliberadamente cultivar el modo opuesto. Si algo ha sido tomado de una persona, algo debe ser dado voluntariamente, que sea de igual o mayor valor para ella.

Si puede ser verdad que no podemos alejar nuestro mal karma, es igualmente verdad que podemos equilibrarlo con buen karma y por lo tanto contrarrestar sus resultados. Buda, quien fue uno de los grandes exponentes de la doctrina del karma, hizo notar que el pensamiento correcto y las buenas acciones pueden cambiar las maldiciones kármicas por bendiciones.

El enfoque fijado de una idea persistente y concentrada ejercerá presión desde nuestro interior, por así decirlo, y podría lentamente alterar sus suertes materiales. El karma es tanto el pensamiento como una acción, es tanto el deseo como un acto. Lo uno es la semilla que fructifica dentro de lo otro y no pueden ser separados. Este es el silencioso y secreto registro de la Mente-Mundo que hace posible que el karma funcione. Como el sonido codificado en un disco de audio que hace posible la audición de su sonido.

Aquello que nos obliga actuar de cierta manera es en parte por la presión del ambiente y en parte por la sugestión de nuestro propio pasado. Algunas veces la primera es más fuerte, y otras veces la segunda. Pero la raíz de todo el problema yace en nuestra mente. El apropiado desarrollo nos libera extensamente de ambas compulsiones.

Observando nuestro pensamiento de vida, manteniéndonos fuera de los negativos, y cultivando ideas positivas, con total confianza en las leyes superiores, realmente empezamos procesos que finalmente traen mejoras a nuestra vida exterior.

Aquello que retrasa la expresión de nuestro pensamiento dinámico dentro de las modificaciones de nuestro ambiente o cambios de nuestro carácter es el peso de nuestro propio karma del pasado. Pero solamente se retrasa; Si mantienes la presión de concentración y propósito; tus esfuerzos, finalmente, deben dar sus frutos.

Cuanto más te comportes con cualidades gentiles hacia otros, ellos reflejarán su conducta hacia ti al menos con algunas de estas cualidades. Mientras más mejores tus propias condiciones mentales y morales; más tus relaciones humanas te devolverán algún eco de este progreso.

Cuando toda malicia y toda envidia sean resueltamente erradicadas desde su origen, no sólo tú serás el ganador a través de un carácter reformado y de un karma más agradable; sino otros también que han sufrido como víctimas de tus palabras mordaces o pensamientos desagradables.

La ley de las consecuencias es inmutable y no caprichosa, pero sus efectos pueden a veces ser modificados o aún neutralizados, al introducir nuevas causas en la forma de pensamientos y acciones opuestas. Claro que esto involucra un cambio brusco en la dirección del rumbo de la vida. Tal cambio lo llamamos arrepentimiento.

El karma no cancela totalmente la libertad, pero la limita. Si los resultados presentes de causas pasadas levantan paredes alrededor tuyo; a través de un mejor carácter y de una inteligencia perfeccionada, nuevas causas pueden ser iniciadas y otros resultados pueden ser obtenidos.

Todos tenemos que pagar las consecuencias de nuestras acciones pasadas. No podemos ser ayudados. Claro que hay buenas y malas acciones. Podemos en cierto punto, compensar aquellas consecuencias, al traer fuerzas contrarias con nuevas acciones; ¿pero hasta qué punto será verdad?, esto variará, necesariamente, de persona a persona. Gente que tiene conocimiento y poder, que son capaces de practicar la meditación profunda y de controlar su carácter, necesariamente, afectará aquellas consecuencias más fuertemente, que aquellas personas que carecen de lo antes descrito.

La medida de esta influencia contraria será la medida de sinceridad de tu arrepentimiento, de la negativa a tomar excusas de ti mismo, del esfuerzo para cambiar tu modo de pensar y de las etapas prácticas que voluntariamente tomas para deshacer los errores cometidos a otros en el pasado.

Lo que has traído sobre ti puede llegar a su fin; si descubres la cualidad positiva en tu actitud, la que necesitas desarrollar de aquí en adelante para reemplazar lo negativo.

En la formación de nuestro futuro, un resultado mixto viene de la naturaleza entreverada y contradictoria de los pensamientos, sentimientos y deseos que habitualmente poseemos. Por lo tanto, nuestros miedos pueden contribuir con su cuota de ingreso en lo que no deseamos. Aquí se encuentra una ventaja, las afirmaciones positivas y decisiones claras en nuestra actitud hacia el futuro.

Hay ocasiones en que es prudente o sabio practicar la sumisión Estoica. Pero hay otras ocasiones cuando es necesario hacer la batalla contra la situación o el ambiente.

Si ciertos males están escritos en nuestro destino y no pueden ser evitados a través del esfuerzo, es todavía posible minimizarlos a través de la prudencia.

Tú puedes hacer todo lo que sea posible para evitar tu destino, pero, aunque puedas lograrlo en algunos detalles, en otros no puedes. Por ejemplo, no puedes cambiar el color de tu piel. Pero la clase de experiencias que caen en tu suerte a consecuencia de este color son hasta cierto punto, subyugadas a tu influencia y carácter; y ciertamente, en máxima medida tus reacciones emocionales hacia dichas experiencias están sujetas a tu influencia y carácter.

No hay necesidad del pesimismo cuando tu oficio parece encontrar obstáculos insuperables y cuando parece venir una situación sin solución que no trae más que un sentimiento de gran frustración. En estos tiempos, debes recordar que el karma puede empezar a elaborar sus propios planes y que una reorientación de actividades puede ser indicada. Debes hacer todo lo que puedas para creartus oportunidades específicas y así acortar el tiempo de espera. El aspirante desarrollado no cae en categorías convencionales y esta es la razón por la que tienes que emprender un nuevo camino para ti mismo. Esto necesita coraje, fe, imaginación, intuición y la habilidad de reconocer las oportunidades kármicas y hacer lo máximo de ellas.

Siempre puedes concluir correctamente tu oración con la solicitud de guía y algunas veces pidiendo perdón. Tal petición puede encontrar justificación, sin embargo, sólo si este pedido no es para interferir con el karma y sólo si lo haces después de reconocer el error cometido, de la percepción de la debilidad personal, de la confesión que conduce a la contrición, y de un real esfuerzo de expiar penitentemente y de mejorar moralmente. Las eternas leyes del karma no cesarán de operar, únicamente por el pedido y no violarán su propia integridad. Estas son impersonales y no pueden ser engatusadas para otorgar privilegios especiales o favores arbitrarios a nadie. No hay un escape de ellas que sea barato y fácil. Si deseas evitar las consecuencias perjudiciales de tus propios pecados, debes usar las mismas leyes para ayudar a hacerlo, y no intentarlo para ofenderlas. Debes poner en marcha una serie de nuevas causas que producirán nuevas y agradables consecuencias que pueden actuar como un antídoto a las más viejas.

Hay un secreto gratificante entrelazado con el mandato de servir a la humanidad. Quien sea que se entregue a Si mismo en tal servicio, inevitablemente recibe algo como un boomerang que retornará un día cuando otros muestren una disposición para servirlo. Para el karma es una ley divina que nos devuelve todo lo que hemos dado. El área y la profundidad de nuestro servicio marcarán el área y profundidad en que la humanidad se extienda hacia ti. Únicamente la forma será diferente porque esta depende tanto de las circunstancias prevalecientes como de tu propio deseo subconsciente o consciente. Esta puede tomar sólo una forma mental o emocional. La moraleja es que el sabio altruista no pierde nada al final, por su altruismo; aunque el altruista tonto puede perder mucho como una consecuencia kármica de su tontería.

San Pablo, siguiendo al maestro que nunca vio en persona pero que lo conoció muy bien en espíritu, colocó todas las otras virtudes por debajo de la compasión. Son pocos quienes tratan de ser verdaderos Cristianos, en este punto al menos, ¿están perdiendo completamente su tiempo? Por lo que dicen los yoguis que abolirían todo esfuerzo en servicio y que se concentrarían en su auto realización solamente. Sin embargo, ni Jesús ni Pablo fueron sólo sentimentales. Ellos conocían el poder de la compasión para disolver el ego. Entonces fue parte de su código moral. Ellos sabían también, otra razón por la que se debe practicar la conducta altruista y dedicarse a nobles actitudes. Con su ayuda podemos llevar una tribulación del mal karma a un final más temprano o incluso ayuda a impedir la manifestación de otra aflicción que de otra forma sería inevitable.

Aceptar, soportar y vencer.

Cada uno de nosotros tiene su propia carga de mal karma. ¿Qué clase y cuán pesada es?, es importantes, pero más importante es como la llevamos.

La filosofía nunca fomenta una actitud pasiva hacia la ley de recompensa, y no cae en el error de escuelas de pensamiento engañosas que mantienen falsas esperanzas.

Hasta cierto momento, el curso de nuestro destino está dentro de nuestra área de influencia, y aún de control; pero más allá de ese momento, no.

Es sabio someterse a lo inevitable, pero primero es necesario estar seguro que es inevitable. Hay veces que es más conveniente luchar contra el destino como un tigre capturado y otros momentos es más acertado sentarse tranquilamente como un gato en el hogar.

Resignación ante la circunstancia, adaptación al ambiente; llegando a un acuerdo con lo inevitable y aceptando lo ineludible, sin embargo, renuente- todos tienen su lugar, al igual que el uso de la libre voluntad agresiva-

Parte de la sabiduría es aprender cuando atacar las dificultades con un frente valiente y cuando esquivarlas con paciencia o astucia. Hay un tiempo preciso para todas las situaciones. Si estos son provocados ya sea muy temprano o muy tarde, entonces las consecuencias serán una mezcla de lo bueno y lo malo, Sin embargo, Si uno tiene paciencia para esperar por el momento adecuado, y la sabiduría lo reconoce, entonces los resultados serán sencillamente buenos. El karma viene a ejecutarse tan pronto como cuando una adecuada combinación de factores se presenta.

Esforzarse mucho por un objetivo que vale la pena y a la vez resignarse a su deserción Si es que el destino es adverso para su realización; no es lo mismo que no hacer nada por ello para lograrlo, sino, dejarlo en manos del hado. Eliminar dentro de uno mismo las causas evitables de la adversidad y los problemas, y a la vez, resistir comprendiendo que estas son parte ineludible de la vida humana, no es lo mismo que dejar estas causas intactas y permanentes, aceptando ciegamente sus efectos como destino.

Intentar por la vía incorrecta nos dificulta y hacerlo por la correcta nos ayuda. La rebelión contra el destino no ayuda; su aceptación y corrección, sí.

Si, debes resistir ferozmente los decretos del karma en algunos momentos, también es correcto, que en otros, debas inclinarte resignadamente ante ellos. Así, si no has aprendido la lección de dejarlos pasar cuando es sabio hacerlo, entonces cada esfuerzo errado de mantenerte en contra de dichos decretos, sólo te traerán un dolor adicional e innecesario. No te debes rebelar contra ellos ciegamente. ¿Cómo comprender qué dirección tomar? es algo que debes deducir por ti mismo. Ningún libro te puede decir, sólo tu intuición revisada con la razón o tu razón iluminada por la intuición, pueden hacerlo.

Dicha intuición debe ser cuidadosamente distinguida de la pseudo intuición, que es un mero eco de tus propios complejos emocionales, prejuicios innatos o ilusiones. La verdadera intuición es el auténtico susurro de tu Yo Superior. El eterno Yo Superior mantiene todos los innumerables recuerdos de tus personalidades relacionadas, por así decirlo, son pensamientos pero no son la esencia de la entidad. Sólo sucederá lo que kármicamente te hayas ganado durante tus vidas consecutivas, lo cual, siempre es justificadamente compensado por las características que has manifestado a través de tus acciones. Y porque el Yo Superior, es la fuente de los ajustes de este karma, se podría decir que cada uno de nosotros es verdaderamente nuestro propio juez. Por ello ciertamente, nunca se debe olvidar que fundamentalmente, el Yo Superior es el ser central de uno mismo; no es algo remoto como un extraterrestre.

¿De qué sirve engañarse a si mismo con las frases emocionantes acerca de nuestra libertad para amoldar la vida o de las oraciones rotundas acerca de nuestra capacidad para crear fortuna? El hecho es que el karma nos tiene atrapados en sus garras, el pasado nos hilvana por todos los lados, y mientras más viejo se vuelve uno, más pequeña llega a ser la poca libertad que queda. Sin duda, hagamos todo lo posible para darle forma al futuro y enmendar el pasado, pero también permitámonos estar resignados a una resistencia reflexiva de lo mucho que vendrá hacia nosotros o permanecerá con nosotros, hagamos lo que se pueda.

Tal fatalismo condicionado y bien informado no necesita conducirnos a una parálisis de la voluntad y a la pasividad del cerebro. Enfáticamente, no se lamenta que no podamos hacer nada para cambiar y mejorar nuestra suerte, y peor aún dejarnos sin siquiera el deseo de cambiarla. No, la sumisión al hado que enseña alguna doctrina no es menos informada y calificada que su propia doctrina. Los efectos sobre aquellos que no sólo creen en esta, sino que también la entienden, tienen como objetivo lograr un balance entre la humilde resignación y la determinada resistencia, se dirigen hacia la correcta evaluación de todas las situaciones, así que lo verdaderamente inevitable o lo personalmente modificable son vistos tal cual son. Ceden a la voluntad de Dios, pero no niegan la existencia de nuestra propia voluntad.

Podemos optar por la derrota con un espíritu de amargura o de melancolía pesimista. Ambas actitudes son totalmente improductivas. Hay una tercera y mejor manera, hacer que la derrota sirva como un punto de partida hacia un avance diferente. Y puede ser hecho en primer lugar con franqueza y ausencia de rencor, a través de la auto examinación para descubrir las faltas y confesar los errores. Y segundo, con acciones de arrepentimiento y enmienda, desarrollando una nueva perspectiva.

Si las obligaciones kármicas deben ser cumplidas, al menos que no sean hechas en total ignorancia. Será con resignación en lugar de odio y con la esperanza de un logro superior.

Tú podrías aprender cómo adaptarte a lo que no puedes controlar o evitar. Esto es resignación, el nombre preciso -Islam- de la religión dada por Muhammed para el mundo. Pero si tienes que aceptar ciertas cosas, esto no quiere decir que tu adaptación implique la aprobación de las mismas. Lo que significa más bien es que dejas de quejarte o preocuparte por ellas.

Aún si tu sentimiento intuitivo te advierte de un evento inminente, de tal forma que sabes que es pre ordenado, inalterable e inevitable. Tu incapacidad para evitarlo no necesariamente te impide hacer todos los preparativos posibles para protegerte y así sufrir lo menos posible por ello, ya que de otra manera así sería. Tal cuidado puede ser útil únicamente para no caer en pánico por el miedo inesperado, como lo hacen otros.

De vez en cuando el karma genera las pruebas y los problemas que no nos agrada enfrentarlos. Todos por igual tienen algo que enseñarnos -únicamente la antigua lección acerca de la necesidad de encontrar una vida interior más satisfactoria para compensar la transitoriedad y las vicisitudes de la vida externa. No puedes escapar de esto, tanto como tú vivas sobre esta tierra, pero puedes tener la esperanza de entender y finalmente manejar tus reacciones mentales ante estas circunstancias. Allí se encuentran la paz y la sabiduría.

Siempre hay una parte de nuestra persona o fortuna que permanece totalmente fuera de nuestro control. Que no podremos cambiarla. Así, es más prudente reconocer lo inevitable de esta condición que desperdiciar fuerza en una lucha inútil. Algunas veces podría tornarse a tu favor. ¿Pero cómo sabemos lo que es inevitable, este decreto del hado existe? A través del simple hecho de que no importa cuánto te esfuerces por cambiarlo, fallarás.

Interna y externamente, encontramos a través de la experiencia, que nos ha sido dibujado un cierto arco del hado para nosotros y debe consumarse. Inútil es el esfuerzo para tratar de cruzar ese arco; sabia es la sumisión de permanecer dentro de sus límites. Debemos dejarle que nos señale la dirección principal que nuestra vida mental y física debe tomar. Los pensamientos que nos moverán y los eventos que principalmente nos sucederán, están ya marcados por las líneas de este arco. No hay nada arbitrario, de todos modos acerca de esto, los pensamientos y las eventos están relacionados, y juntos están aún más relacionados con un nacimiento interior en las largas series que conforman la vida humana sobre este planeta.

Si esta es la manera en que tu vida tiene que ser, si así es como las cartas del destino han sido tiradas, y si la voz interior te pide que lo aceptes, después de que tu voz externa te ha guiado hacia varios intentos inútiles para cambiar este destino, entonces debe haber una razón definida para la situación. Investiga la razón de ella

Acepta totalmente y sin objeción tu propia construcción del karma, incluso al grado de abstenerte de pedir que seas perdonado por tus pecados, porque es un resultado justo. Pide en cambio, que te sea mostrado cómo superar la debilidad que ha sido su causa.

Cuando aceptes que la aflicción tiene algún mensaje en si misma que debes aprender; serás capaz de llevarla con dignidad en lugar de hacerlo con amargura.

Debemos aprender a soltar, renunciar voluntariamente a lo que el destino ha determinado apartar de nosotros. Tal aceptación es la única vía para encontrar paz y es el único y efectivo sendero hacia la felicidad duradera. Debemos dejar de considerar nuestras posesiones individuales y relaciones como que si fueran estables para siempre.

Hay fuerzas que predeterminan nuestro destino y debemos conocer cuándo ganar las batallas, como Napoleón, a través del retiro, de la sumisión al decreto del Hado. En el último capítulo del libro Las enseñanzas ocultas más allá del Yoga, una técnica usada por boxeadores fue recomendada como proveedora de un excelente principio, con el cual podremos enfrentar los golpes inevitables de un mal ciclo del karma. Otra ilustración de este punto, que será de mucha ayuda es ju-jutsu, cuyo principio es conquistar al adversario, de una manera muy hábil, abriéndole camino para que se vea obligado a usar su propia fuerza que debilite o lesione sus propios músculos. Entonces, al conquistar un inalterable y mal karma por un tiempo podríamos finalmente extraer más sabiduría y reaccionar de tal manera que nos eleve más que antes.

Cuando has logrado este rendimiento, has hecho lo que has podido como ser humano y has entregado completamente los resultados al yo superior, repetidamente analiza sus lecciones y profundamente llévalas a tu corazón, el problema dejará de ser tuyo. Te has liberado de él, mentalmente has sido liberado de tu karma, sea cual sea la situación, puede ser física. Ahora sabes que pase lo que pase, sucederá para mejor.

Una grave situación matrimonial puede cambiar completamente para mejor o aún un segundo matrimonio puede ser más feliz, si hay suficiente enmienda en el pensamiento que afecta el karma implicado.

No estarás libre, kármicamente, de relaciones desagradables hasta que mentalmente te hayas liberado de los pensamientos y actos negativos concernientes. Así, las fuerzas kármicas externas te liberarán o además se te puede mostrar, internamente, cómo liberarte a ti mismo, externamente.

No es necesario que te mantengas casado con la finalidad de pagar una deuda kármica, ni por otro lado estás libre de seguir tus deseos egoístas y personales. Es un error pensar que una deuda debe continuar para ser pagada hasta el final de la vida. Sin embargo, debes trabajar en ti mismo para eliminar lo que obstruye tu vida interior y el sendero. Solamente la voz más profunda de tu conciencia puede decidirlo.

Las peculiares situaciones de la vida familiar frecuentemente reúnen dos almas cuya relación kármica no es el amor sino la enemistad. Ellas pueden ser reunidas como hermano y hermana, o aún como esposo y esposa. ¿Cuál debe ser la actitud filosófica del uno hacia el otro? Tomando un ejemplo concreto y asumiendo un caso de discordia marital y sin prejuicios hacia métodos prácticos de divorcio o separación, los que deben ser considerados como necesarios, se puede decir que el compañero más elevado debe considerar a la contraparte, primero como un agente revelador que trae consigo (él o ella) sus propias faltas dentro de una definición nítida, y segundo como un laboratorio donde él o ella pueda experimentar con la erradicación de dichas faltas. Así, si uno de los dos frecuentemente se enciende dentro de una ira apasionada, o si constantemente expresa abuso persistente; sus provocaciones no deben ser permitidas para invocar la ira de la contraparte sino su latente auto control; por la ausencia de cortesía del uno no debe aparecer la correspondiente ausencia de cortesía en la otra persona, sino más bien, la consideración. En este sentido la situación provocada por la conducta del uno puede ser convertida en una oportunidad para que afloren cosas superiores en el otro. Cada pelea doméstica, aunque sea pequeña, le debe permitir al uno, mostrar algo de los aspectos divinos dentro de si. Nuevamente, aun asumiendo que los dos son radicalmente incompatibles, ya sea tarde o temprano tendrán que separarse, la infelicidad causada debe ser utilizada por la persona bien informada para hacer de él o ella, más determinado o determinada y ganar independencia de cosas externas para la felicidad, y volverse más dependiente de aquellas satisfacciones internas y mejores que únicamente a través de la mente se pueden alcanzar. Además, estas situaciones deben hacer que la persona entienda que la contraparte está ayudando a expiar un karma pasado que fue auto ganado a través de su propia impulsividad, estupidez o pasión.

5 EL KARMA Y LA GRAN LIBERACION.

Los privilegios de la iluminación pueden ser justificados únicamente bajo los fundamentos del karma, como el poeta lo intuyó:

Lo mío, lo mío, vendrá a mí”

Así como tenemos que mirar al mundo en doble sentido, es decir, con un entendimiento inmediato y otro definitivo; así tenemos que encontrar la iluminación por dos vías, a través de los esfuerzos de nuestro yo-creativo y a través de la recepción de la Gracia.

Nadie está excluido del primer toque de la Gracia que los coloca sobre la Búsqueda. Todos pueden recibirla, al final, todos lo hacen. Pero vemos en todo lado y alrededor de nosotros las abundantes evidencias de que una persona no estará lista para ello, hasta que él o ella haya tenido la experiencia suficiente en el mundo, la suficiente frustración y decepción; que genere una interrupción que lo haga más humilde.

Llegar a la consciencia del Yo Superior es un evento que puede suceder sólo por la gracia. Pero hay una relación entre la gracia y el esfuerzo que le precedió, aun así, no es una relación exacta, definida y universalmente válida entre los dos elementos.

Los aspirantes que dependen únicamente de sus propios esfuerzos para su auto mejoramiento; un día sentirán la necesidad de un poder externo que les confiera lo que ellos no pueden conseguir por si mismos. La tarea que ellos han emprendido no puede ser perfectamente hecha o completada, únicamente por ellos. Finalmente, tendrán que hincarse sobre sus rodillas y suplicar por la Gracia. El ego no puede salvarse a si mismo. ¿Por qué? Porque secretamente no quiere hacerlo, porque eso significaría su propia extinción. Por lo tanto, aunque le imponga para buscar la Gracia, todos sus esfuerzos lograrán sólo un resultado parcial, nunca resultados completamente satisfactorios. Aquellos que dicen que la idea de la Gracia viola el concepto de la ley universal, no están viéndola de manera profunda dentro de ella. Si así fuera, lo verían, al contrario, cumple con la ley del esfuerzo de la mente individual, en la que ellos creen, complementándola con la ley de la actividad de la Mente Universal que está dentro del individuo, en la que también deben creer. Dios no puede estar separado de la humanidad, no vive en el vacío.

El destino del ego es elevarlo en el Yo Superior, y ahí termina, o más correctamente, se trasciende a Si mismo. En vista de que no está dispuesto a dirigir su vida a una suspensión, de manera voluntaria; algún poder externo debe intervenir para efectuar su elevación. Este poder es la Gracia y esta es la razón por la que su aparición es imperativa. Y el ego a pesar de todas sus aspiraciones y oraciones, sus protestas y sus autoacusaciones; no quiere el ascenso final.

El constante auto esfuerzo puede reducir el egoísmo, pero no lo elimina. El acto final es imposible porque el ego no quiere voluntariamente matarse a Si mismo. Lo que hace el auto esfuerzo es preparar el camino para la fuerza adicional que puede aniquilarlo y así realizar la operación de manera oportuna y exitosa en lo posible. Lo que más hace es mejorar la inteligencia, la intuición y el carácter, lo que también le prepara al individuo y atrae estas fuerzas. Las que simplemente son: el perdón, la curación y especialmente, los poderes transformadores de la Gracia.

¿Puede el auto esfuerzo del ego llevarlo a la gran iluminación? Sólo puede despejar el camino para ello, limpiar el vehículo para este fin, remover la debilidad que evita que ingrese. Pero la luz de la sabiduría es una propiedad del ser más íntimo -el Alma- y por lo tanto sólo ella puede llevarla hacia ti. ¿Cómo el ego puede dar o alcanzar algo que le pertenece al Yo Superior? No puede. Solamente lo divino puede dar lo divino, por así decirlo, sólo a través de la gracia la iluminación puede ser alcanzada, no importa cuán ardientemente estés trabajando por ello.

Cuando tus esfuerzos te han llevado hasta un cierto punto, estos sólo se ponen a un lado o son arrastrados lentamente por la acción de otro poder -tu Yo Superior. Lo que realmente sucede es que la energía o poder que estás usando espontáneamente se enciende y es lo que le permite hacer, terminar, lograr. El punto más importante es que el poder activo no es tu propia voluntad, sino que realmente es una visita a lo que nosotros debemos llamar Gracia. Es fuertemente sentida, esta experiencia es del poder superior o del Yo superior.

La inercia espiritual le mantiene a la mayoría de la gente desinteresada en la búsqueda, es algo que ellos no pedirán por su propia iniciativa. La vida entonces debe hacer eso por ellos. El método principal es afligirlos con dolor, pérdida, decepción, enfermedad y muerte. Pero tales aflicciones están bajo el karma y no son arbitrarias, son intermitentes y no continuas, están incrustadas de alegrías y no en grandes cantidades. Por lo tanto, su resultado es lento en aparecer.

En ciertos casos cuando uno está destinado para grandes avances en el sendero espiritual deliberadamente rechaza ingresar en él o impacientemente pospone tal entrada para un período posterior, el Yo Superior frecuentemente tomará una mano en el juego y liberará el karma de las frustradas ambiciones, decepcionantes esperanzas e incluso la salud quebrantada. En los momentos de desesperación, agonía o dolor, el caminante tomará una taza de renuncia voluntaria o usará la ropa raída de la auto negación. Su ego disminuye por el sufrimiento. Su real enemigo en el sendero es el “yo”; es la razón tanto del sufrimiento material como de la angustia mental, mientras bloquea la puerta a la verdad. Mientras más le deprima el curso de los eventos mundanos, más aprenderá a retirarse desde su depresión hacia el olvido de la contemplación espiritual. Esto es suficiente para un devoto del misticismo para encontrar de esta manera una paz temporal; pero para un devoto del misticismo filosófico, no lo es. Como tal debe incluir reflexión sobre el significado de los eventos en su contemplación. Cuando ha logrado su revelación interna e impersonal, él puede volver a ver su vida pasada y entender el porqué de mucho de lo que ha sucedido, tenía que pasar.

Más allá del karma personal.

La actividad de tu karma nunca podría terminar, si tu egoísmo no termina. Podría ser un círculo vicioso del cual no podría haber escape. Pero cuando el sentido de la individualidad personal, que es la causa y el núcleo, es perdido, el karma no ejecutado también se pierde.

Hay dos clases de inmortalidad (siempre y cuando el yo inferior lo domine conscientemente): primera, la “aparente interminable” evolución del ego, gradualmente desarrollado a través de todas las manifestaciones; y segunda, la verdadera inmortalidad de lo eterno, el inmutable Yo Real -el Yo Superior- que por siempre subyace y sostiene al precedente.

Mi referencia para no aferrarse al ego simplemente significa que debemos aprender el arte de soltar lo que es transitorio en nosotros y en nuestra existencia -lo que puede sobrevivir sólo temporalmente-la Individualidad Real-el sentido y sentimiento de simplemente Ser-nunca puede perecer, y esta es la verdadera inmortalidad. Nadie ha sido requerido para sacrificar todos los intereses y valores de las “cosas”: uno puede continuar apreciándolas -se entiende que están provistas de su transitoriedad y no se puede engañar a si mismo, al sobrevalorarlas. Los profetas lo que simplemente dicen es que la vida eterna no puede ser encontrada en tales cosas.

¿Dónde está la esperanza para la humanidad si no hay la Gracia, solamente el karma? Si tomó muchos años recolectar la carga kármica que llevamos, entonces tomará un período similar desunirnos de ella; la tarea lúgubre continuará a través de cada encarnación hasta que cada uno de nosotros muera una y otra vez – a menos que el recaudador individual, el ego, no esté más aquí para reclamarlo. Pero para anular su propia existencia es imposible hacerlo a través de sus propios esfuerzos, pero es posible a través del no-esfuerzo: su rendición, dejando entrar al Poder Superior, pero sin reclamar nunca más su identidad personal. Cuando entra, cuando se actualiza, es la Gracia quién trabaja y no nosotros.

El secreto fundamental de la Gracia no ha sido nunca resuelto por quienes no saben que sus previas reencarnaciones contribuyeron a ella. Alguna gente la recibe solamente después de años de ardiente aspiración y trabajo duro. Y otros como San Francisco de Asís, que la recibió cuando no estuvo preparado y sin aspiración. Los candidatos comunes no pueden darse el lujo de tomar alguna oportunidad en este sentido, no pueden arriesgarse, desperdiciando un período de vida y esperando la improbable visitación de la Gracia. Ellos tuvieron la mejor oferta de todas: dedicar su vida y rendir su amor a una pasión consumidora por el Yo Superior, si ellos quisieran que el poder de la Gracia fluya en ellos. Si no están en la capacidad de darse totalmente a si mismos, entonces pueden hacer algo mejor, que es encontrar alguien, él o ella, a quien se le ha otorgado la Gracia divina y que por esta razón se ha convertido y transformado interiormente. Que se le permita ser como un discípulo de la persona, y así entonces tienen una mejor oportunidad para que la Gracia descienda sobre ellos, a que si tuvieran que caminar solos.

La aspiración de liberarse del destino personal y de las compulsiones de las circunstancias externas puede ser satisfecha solamente a través de la pérdida del sentido del tiempo.

Hay grandes peligros de caer en una actitud necia de supuesta sumisión de nuestra voluntad, una actitud en la que muchos místicos y religiosos frecuentemente caen. Hay una profunda diferencia entre la vida con pseudo renuncia y la vida genuinamente entregada. Es muy fácil la errónea interpretación de la frase: “hágase Tu voluntad”; Jesús, a través de su propio ejemplo, le dio a este enunciado un significado firme y positivo. Siendo su mejor comprensión como sigue: “que Tu voluntad se haga a través de mí”.Una amplia experiencia ha revelado que su significado ha caído en un fatalismo degradante, bajo la ilusión de que así están cooperando con la voluntad de Dios; cuántos de ellos, que por su propia estupidez, negligencia, debilidad, mala conducta, no han hecho esfuerzo por remediar las consecuencias de sus propios actos y han tenido que soportar al máximo el sufrimiento involucrado. Cuántos de ellos que han fallado al aprovechar la oportunidad presentada a través de estos sufrimientos y reconocer que surgieron de sus propios defectos o faltas y para examinarse a si mismos en el tiempo, y así tomar consciencia de estos para no cometer el mismo error dos veces. La importancia de tomar este consejo es inmensa. Por ejemplo, muchos aspirantes han sentido que el destino les has obligado a trabajar en tareas inútiles en medio de un entorno poco agradable, pero cuando su comprensión filosófica madura, empiezan a ver lo que antes estuvo invisible -el interior significado del karma de aquellas tareas, el fundamento educativo o el significado punitivo de aquellos entornos. Una vez hecho, ellos pueden con razón y por su propio respeto, estar listos para trabajar en la liberación de lo antes descrito. Cada momento que pacientemente aplastas un pensamiento tonto o erróneo, estás aumentado tú fuerza interior. Cada vez que valientemente enfrentas una desgracia con calma, la valoración impersonal de esta lección incrementa tu sabiduría interior. La persona que así, de manera sabia y autocrítica se rinde puede ir hacia adelante con una sensación de seguridad externa y garantía interna, esperanzado y sin miedo, él o ella es ahora consciente de la protección benigna de su Yo Superior. Si tú has tomado el problema para entender inteligentemente las lecciones educativas o punitivas que contienen, puedes y sólo en ese momento, conquistar los males de tu vida y si al mismo tiempo de su aparición, tú giras interna y persistentemente hasta que te des cuenta que la divinidad interior te ofrece su refugio y armonía. Este doble proceso siempre es necesario y las fallas de la Ciencia Cristiana se deben, parcialmente, a la errónea comprensión de este tema.

A través de la gracia, los errores pasados pueden ser olvidados por lo tanto, la curación presente puede ser aceptada. En la alegría de esta gracia, la miseria de pasadas equivocaciones puede ser desterrada para siempre. No regresa al pasado -vive el eterno Ahora- en su paz, amor, sabiduría y fortaleza.

Si llegas a alinearte con la consciencia del Yo Superior, estás obligado a renunciar a tu previa posición de libre voluntad y libre selección – porque ya no existes sólo para complacer al ego. El elemento regulador es ahora el propio Yo Superior.

Tus innatas tendencias pueden estar allí por un tiempo -ellas constituyen tu karma-pero la gracia las mantiene bajo control.

Quien actúa volviéndose tan flexible como para permitir que el Yo Superior sujete su voluntad personal, debe necesariamente desprenderse, interiormente, de las consecuencias personales de sus acciones. Esto será verdad, independientemente de que las consecuencias sean placenteras o desagradables. Tal desapego lo libera del poder del karma, que ya no puede capturarlo más en sus redes, porque “él” no está allí. Su conciencia emocional que precede a las acciones está siempre iluminada y caracterizada por la calma sublime, mientras que en la persona no iluminada , las motivaciones pueden ser caracterizadas por el deseo auto centrado, la ambición, el miedo, la esperanza, la codicia, la pasión, el disgusto o aún el odio -de todo de lo cual el karma está constituido.

La paz mental viene sólo al pagar el precio por ella, y parte de este precio es la liberación de uno mismo de la sobre dependencia de lo externo. La mente debe ser liberada de la preocupación y ansiedad, en lugar de ceder sin esperanzas ante ellas. Así se invocará a las fuerzas protectoras y ayuda. Todos los pensamientos amargos hacia otros individuos deben desaparecer. El amor debe ser dado sea o no devuelto, y dado igualmente tanto al débil como al fuerte. Una rica compensación interna espera a aquellos que pueden sobrellevarlo de esta manera.

El karma viene a ejecutarse sólo Si la impresión kármica es lo suficientemente fuerte para sobrevivir. En el caso del sabio, ya que atiende a la vida como un sueño, ya que ve a través de las apariencias todas sus experiencias están únicamente sobre la superficie. Su mente interior y profunda la mantiene intacta a través de ellas. Por lo tanto, él no genera karma de sus experiencias, y es capaz en la transición del cuerpo a la muerte de dar por terminada la ronda del nacimiento y la muerte, para siempre.

Si puedes actuar atentamente y a la vez mantenerte fuera de los resultados de tus acciones; Si puedes desempeñar tus responsabilidades o cumplir tus deberes sin ser arrastrado por la euforia del éxito o del error en la miseria; Si puedes moverte dentro del mundo, disfrutando sus placeres y sobrellevando sus dolores, y aún aferrarte inquebrantablemente a la búsqueda que transciende el mundo, entonces te has convertido, en lo que los filósofos de la India llaman “karma yogi” y lo que los filósofos de Grecia llaman un “hombre”.

Con el significado propiamente entendido de tus sufrimientos y el necesario ajuste en la acción, en el carácter o en la inteligencia correctamente construida; puedes buscar y mantener el equilibrio mental, que es la paz interior. Al hacer tuyas estas verdades, enfrentarás las dificultades de la vida con fortaleza y la inevitable muerte con serenidad. Entonces puedes aprender a moverte con un corazón imperturbable en medio de los problemas terrenales y con una mente ecuánime en medio de las alegrías terrenales; no porque busques olvidar los problemas y rechazar la muerte, como si fueses un avestruz, sino porque buscas, como el sabio, entenderlos. Según las palabras de un texto de Mongolia: “quien lleva la alegría y la tristeza con la misma mente tiene espiritualidad, aunque exteriormente parezca ser mundano”.

Sería muy fácil confundir tal serenidad, ya sea por el simple engreimiento o por el optimismo superficial. No puede ser el primero porque es demasiado consciente tanto de los defectos de su poseedor como de las miserias de la humanidad. Y no puede ser el segundo porque la serenidad es nacida de la verdad, no de la auto decepción emocional. La serenidad sonríe solamente porque entiende, no porque emocionalmente esté tomando el sol a través de los rayos de la buena fortuna temporal.

Nadie logra extinguir el karma, tan sólo porque niegue intelectualmente su existencia, así como lo hacen los devotos de algunos cultos. Sin embargo, Si ellos primero enfrentaron su karma, lidiaron con este y lo utilizaron para la auto cultivación, el autodesarrollo; y sólo después, reconocieron su ilusión desde el punto de vista definitivo, su actitud podría haber sido una actitud correcta. En efecto, su intento de negar prematuramente el karma muestra una disposición de rebeldía contra la sabiduría divina, escasa visión y búsqueda egoísta de una conveniencia momentánea, al costo de una negligencia permanente del deber de crecer espiritualmente.

Haz tu mejor esfuerzo para arreglar las cosas, lo mejor que puedas, luego deja los resultados en manos del destino y del Yo Superior. De todas maneras nada más puedes hacer. Puedes modificar tu destino, pero ciertos eventos son inmutables, porque el mundo no es tuyo sino de Dios. Puede que no conozcas a la primera qué eventos son estos, por lo tanto, debes actuar inteligente e intuitivamente: más tarde los descubrirás y aceptarás. Cualquier cosa que suceda, el Yo Superior estará allí todavía y te llevará a través de tus problemas y te sacará de ellos. Pase lo que pase con tus asuntos materiales, con tu cuerpo, eso no es tu real TU. La parte más difícil es cuando tienes a otros dependiendo de ti. Aún entonces debes aprender a encomendarlos al cuidado amable del Yo Superior, y no tratar de cargar todo el peso sobre tus hombros. Si puede cuidar de ti, puede cuidar a otros también.

4936 NYS Route 414
Burdett, New York 14818
USA

Czech
Czech
Czech
Spanish
Czech
Portuguese